martes, 23 de junio de 2015

Discusiones filosóficas (XI)

Uno de los dos últimos días de cole, al levantarle por la mañana "Mamá, no es justo, ¿qué has hecho? Ayer el cole fue larguísimo y esta noche ha sido muy rápida" "Yo no he hecho nada mi vida, eso es que hace calor, estás cansado y te parece que el cole es más largo y la noche es más corta, pero el tiempo siempre es igual". Cara de sospecha por su parte, no sabe si creerme, para Mario lo bueno y lo malo siempre son cosa mía.... "Bueno mamá, da igual, te quiero cuarenta y mil" "¿Y eso es mucho?" "Todo". Asunto arreglado :-)

domingo, 21 de junio de 2015

La época más rara del año

Para muchos de los que somos padres, es esta ¿verdad? Rara, loca y agotadora. Por un lado, te alegras mucho de que los enanos estén de vacaciones. Si todos son como el mío, por mucho que en este primer curso en el cole ha estado feliz y encantado de la vida con todo (ni un solo día ha entrado llorando a clase o triste, al contrario, las únicas lágrimas han sido algún día por no ir si era fin de semana o estaba malo), el final se le ha hecho largo.

Las últimas semanas ya se le notaba que le apetecían vacaciones y es una gozada pensar que ahora tiene tres meses por delante para aburrirse, descansar, comer en casa. Pero por otro lado, nosotros no estamos de vacaciones todavía, así que es una época agotadora en la que tienes que estar a todo: trabajo y vacaciones a la vez, una locura, jornada doble. O triple. Así que corremos más para llegar a todas partes y dormimos menos.

Esta época rara comenzó buscando campamento para Mario, pero no lo encontramos. Tiene 4 años recién cumplidos y la mayor parte de los campamentos de los coles públicos este año no se han abierto, sólo los bilingües, en los que ha habido muy pocas plazas. Entre los privados relativamente cerca de casa o del trabajo dos opciones: o meterle en una guardería (entre cuatro paredes todo el día y rodeado de niños más pequeños) o en uno de los organizados en los polideportivos (todo el día al aire libre realizando actividad física y con niños de hasta 12 años en el mismo grupo). Las dos cosas tienen ventajas, pero también muchos inconvenientes, así que no nos decidíamos. En cuanto sea un poco mayor disfrutará mucho con los campamentos deportivos, pero ahora no sabe nadar bien, no sabe echarse la crema para el sol (y necesita mucha, parece vikingo...). Al final los abus vinieron al rescate y nos propusieron quedárselo tres semanas por las mañanas.

Con eso y haciendo malabarismos varios, nos organizamos este año. Pero yo me escucho a mi misma todo el día "ahora cuando termine esto", "en cuanto pueda juego", "ya mismo comemos" o "en un rato bajamos a la pisci". Y es muy cansado, preparar comidas mientras contestas un email, corregir exámenes poniéndote el bikini, lo de todo el año pero multiplicado por 100. Paciencia para todos y a pensar que lo que viene después son las vacaciones, las de verdad!


viernes, 22 de mayo de 2015

La zzzzzzzzzzzzzeta

Mario habla mucho, y en general muy bien, le encanta aprender palabras nuevas y expresarse con propiedad. Pronuncia bien casi todos los fonemas excepto el "z" que le sale como una "s".

Hasta ahora nos parecía adorable y muy dulce, y como era pequeño no le habíamos corregido. Su color favorito es el asul, su comida favorita el arros, etc. En el cole tienen logopeda los miércoles por la tarde ("la profe de hablar bien") y ya había valorado que Mario tiene este problema, pero de momento no nos habían dicho nada más.

Como hemos visto que la cosa no cambiaba y mi madrina es una logopeda estupenda hablamos con ella y nos dio tres consejos.
  1. Empezar a solucionar el problema con este fonema ahora, si se hace mayor y no lo soluciona, le costará más y probablemente en algún momento alguien se reirá de él, por lo que será peor para su autoestima.
  2. Solucionarlo haciendo que saque la lengua entre los dientes, que es la diferencia entre la "s" y la "z" (ya lo habíamos probado en casa para ver qué podía ser...).
  3. Trabajar todos los días un rato el sonido y corregirle en ese rato, pero dejarle en paz el resto del día.

Dicho y hecho. Una tarde que estábamos solos, saqué el libro de cuentos con la letras y leímos varios cuentos incluido el cuento de la Z. Vimos juntos lo bien que le salían todas las letras pero le hice repetir palabras con la Z hasta que entendió que la decía diferente a mi. Así que sólo nos faltaba aprender a decir bien la Z!

A partir de ahí estuvimos un rato haciendo juegos y guarrerías varias con la lengua para sacarla entre los dientes y decir bien la Z. Se me hizo pis encima de la risa que le entró haciendo moscardones, el sonido del exprimidor para hacer zumo de zanahoria y zambomba, inventando palabras super-largas y llenas de Z (en homenaje a mi abuelo Juan: zopozorrocozoncito). Las dos tardes siguientes lo volvimos a hacer y ya le salía el sonido casi siempre. Con un par de tardes más (10 minutos por tarde), ya siempre.

Desde ese momento, ya no me he puesto más "a propósito". Ahora todos los días, en algún momento (la ducha, la cena, jugando con la tableta) él solo se acuerda y se pone a decir toda la lista de palabras que se sabe con la Z. Me deja toda escupida, pero las dice bien casi todas. A veces llamamos por teléfono a la abu y le suelta toda la lista, o la grabamos en el móvil y luego la ve.

Y ahora estamos en la fase en la que cada vez que dice una palabra con ese fonema, se da cuenta de que lo ha dicho mal, como S, nos mira con cara de pillo, y la intenta repetir bien. El azul ya lo tiene controlado, igual que el zumo. Todavía le cuesta la Z al final, como la de arroz. Pero en un mes, la mejoría ha sido espectacular, así que poco a poco.



miércoles, 22 de abril de 2015

Operación de fimosis en un niño

Desde las primeras revisiones pediátricas de Mario, hemos preguntado acerca de su "churra" (es como  finalmente está bautizada en casa), ya que hay muchos casos de fimosis en la familia y notábamos muchas adherencias. La respuesta de todos los pediatras ha sido siempre que no nos preocupáramos, que era muy pronto y que hasta los 3 ó 4 años esas adherencias son normales y suelen desaparecer solas. 

De vez en cuando después del baño, hemos ido intentando, con cuidado, ir quitando esas adherencias, pero la verdad es que eso se mueve poco. Y en la revisión de los 4 años, cuando fuimos a ponerle la vacuna, le volvimos a preguntar a la pediatra. En esta ocasión, nos mandó al urólogo para que le valorara.

Y al ir al urólogo pensando que nos iba a mandar una crema, etc. nos dice que eso no tiene remedio y que le tenemos que operar de fimosis. Eso sí que es pasar de 0 a 100 en pocos segundos....

Total, que estuvimos hablando con él, nos dijo que el caso de Mario no tiene solución si no es quirúrgica (tampoco hay muchas alternativas a la operación más que la crema de corticoides y los "tirones")  y que nos recomienda que le hagamos la operación antes de los 7 años. Después de mucho leer y de pensarlo bien, hemos decidido esperar hasta los 6 ó 7 si su fimosis no nos da problemas antes (que normalmente tienen que ver con infecciones o con molestias al orinar). Ahora tiene 4 recién cumplidos y nos va a ser mucho más complicado explicarle todo bien para que no se asuste (hospital, anestesia, recuperación). ¡ Ni siquiera le hemos hecho todavía un análisis de sangre nunca!, no nos ha hecho falta. Cuando llegue a esa edad, volveremos al urólogo y si las cosas no han cambiado, que me temo que no, aprovecharemos una semana tranquila, después de las vacaciones de verano, antes de las vacaciones de Navidad o algo así, y se tendrá que operar. No es nada grave, pero que penita nos da sólo pensarlo.

miércoles, 15 de abril de 2015

De niño, de niña

Desde que Mario nació hemos procurado no hacer distinciones entre juegos, juguetes, cuentos, tareas, etc. y no clasificarlas como de niño o de niña, que es algo que nos da mucha rabia. Cuanto daño nos hacen ese tipo de etiquetas desde pequeños y  nos gustaría criar a una buena persona que no hiciera distinciones entre hombres y mujeres, ni ahora ni cuando sea un adulto.

Él nos ve en casa hacer de todo a los dos, así que ve normal que su padre planche o que yo arregle un ordenador, con eso no tiene prejuicios. Mario ha tenido muñecas para hacer de papá, le encanta jugar a la compra y las comiditas, y también ha tenido su escoba, su fregona y demás. Como parece que nos quedamos los tres, tenía una Nancy guardada de cuando era pequeña, me acordé de ella y se la saqué hace un tiempo. Le encantó, así que se la ha quedado y de vez en cuando la viste, la pone de profe de un cole imaginario, la saca de paseo. Le encantan los coches, los rescatadores y los super héroes, igual que el deporte y hacer el bruto, pero también este tipo de juegos y juguetes, con los que disfruta mucho. Igual que le gusta Frozen y la princesa Sofía o los osos amorosos, por poner algunos ejemplos.

Pero reconozco que no es lo habitual y que incluso a nosotros se nos escapa a veces. Recuerdo que cuando fuimos a comprarle un vasito de agua para el cole acababa de descubrir la princesa Sofía y escogió uno de princesas, muuuuuuy de princesas. Y no me di cuenta y le dije que ese era de chicas y que si no prefería otro. Así que puso cara de pena, y lo cambio por uno de Dusty, que es el que tiene este año. Y sé que le encanta, pero no fue su primera opción, fui yo la que le hice cambiarlo. Me di cuenta enseguida y me arrepentí, por lo que no he vuelto a hacerlo, vaya tontería, que beba en el vaso que le da la gana!. Aunque sí es algo normal en el cole y con otras personas, por lo que a veces me pregunta si algo es de niño o de niña. Yo siempre le pregunto ¿tú que crees? Y me suele responder que de los dos, porque casi siempre lo pregunta cuando le apetece hacer algo que él supone que es "de niña". Pobre.

Otro ejemplo. Yo antes bailaba, y además iba muy a menudo a ver ballet y todo tipo de danza. Pero no había podido ir desde que Mario nació. El otro día por fin compré una entrada para ver a la Compañía Nacional de Danza, y como era el domingo a las 18.00 fuimos los tres hasta el teatro, yo entré a ver el espectáculo, y padreprimerizo y Mario se dieron una vuelta y merendaron algo para luego recogerme a la salida. A Mario le encanta la música, la danza y el teatro (hacemos muchas cosas en casa y ya le hemos llevado a ver alguna cosa fuera), pero esto no era un espectáculo para niños. Y se disgustó mucho porque no podía entrar conmigo, me decía que el plan de las chicas (ver la danza) era mucho más chuli que el de los chicos (merendar, y eso que comer le encanta) y que yo tenía mucha suerte. Ya le explicamos que no era plan de chicas y de chicos, que era plan de mayores y de pequeños, y que otro día íbamos los tres juntos a ver algo que fuera bonito para él.

Pero claro, cuando por su cumple dijimos que el año que viene quería hacer de extra-escolares kárate y danza, todos los padres de sus amigos se rieron e hicieron comentarios jocosos (acerca de los bailarines raritos, claro) y seguro que se enteró. Nosotros nos quedamos a cuadros, pero no dijimos nada.

Así que no sólo es lo que hacemos y decimos en casa, o el ejemplo que damos. Eso es muy importante, y lo sabemos, pero también está todo lo que le rodea, que con este tema por ejemplo, no es nada bueno. Por ejemplo, si el año que viene le apuntamos a danza, ya me puedo imaginar que sólo tendrá compañeras y que más de una vez le harán comentarios estúpidos. Como los que escuchamos un día en la piscina el verano pasado cuando jugaba con una amiguita con coches y camiones y su madre pretendía que dejara de hacer el bruto y cogiera a sus muñecas (que le bajaba todas las tardeas, aunque siempre terminaba jugando con los juguetes de Mario). Es una pena, pero es lo que hay.



viernes, 10 de abril de 2015

Estreno de los cuatro años y desconexión

Me parece mentira que haya pasado tanto tiempo desde mi última entrada, pero es que se nos ha pasado volando... Y no he tenido ni un segundo para sentarme a escribir.

Mario cumplió cuatro años y lo celebramos con una fiesta en casa como la del año pasado (los cumpleaños en época de nieves no dejan muchas opciones). Pero este año la disfrutó todavía más, decidiendo a quién invitaba, pensando cómo decorar y preparar la mesa, haciendo sandwiches y dulces para sus amigos. Es todo un anfitrión. Al final vinieron cuatro amigos: dos de la urbanización y dos del cole. Todo salió bien y disfrutaron mucho juntos. Y nosotros viéndoles.

Después hemos pasado todos por una gripe, mucho trabajo, hicimos un viaje que otro día os cuento, la vacuna de los cuatro años, y unas vacaciones estupendas que hemos disfrutado mucho en casa comiendo torrijas, viendo procesiones, yendo al cine y aireándonos en general, que hay que ver el buen tiempo que ha hecho. 

Mario ha pegado otro salto, las conversaciones que tenemos con él son casi de adulto, no deja de hacernos preguntas super-complicadas, ha crecido bastante (ahora está en 1.07 más o menos), cada vez escribe más palabras. Y estas vacaciones le hemos quitado el ruedín de la bicicleta y ya va completamente solo, hasta para arrancar y parar! Otra etapa.

jueves, 26 de febrero de 2015

Criterio

Tener criterio me parece muy importante, y desde que Mario es muy pequeño, estamos intentando que tenga el suyo propio. Cada vez se enfrentan a ciertas cosas antes, y me parece muy importante que cuando eso llegue, Mario tenga criterio para decidir lo que debe y no debe hacer. Porque en ese momento no vamos a estar a su lado....

La manera más sencilla de que los niños desarrollen su propio criterio es dejar que hagan sus propias elecciones y que tomen sus propias decisiones, a pequeña escala. ¿Qué prefieres, eso o lo otro? ¿Qué te gusta más? ¿Qué quieres hacer tú? Y claro, luego pedirle que te explique por qué. Es muy gracioso escuchar como justifica algunas de sus decisiones, con la comida, con el juego, con la ropa, con los amigos. Pero lo hace, y eso está genial.

En nuestro caso además suele ser la forma mejor de evitar que se ofusque o que se enrabiete  con algo (cosa que pasa poco, de todas formas): en el momento en el que siente que le das alternativa y que puede elegir él, aunque sea entre dos opciones y ninguna la que él quería inicialmente, pero si siente que le preguntas y que su opinión cuenta, se le pasa el enfado rápido.

Así que cuando en su cole ha habido que votar por la jornada continua o intensiva, ya que ellos tienen jornada partida, le pregunté qué prefería. Me dijo lo que yo sospechaba, que prefería todas las clases juntas, y luego ya comer y jugar hasta que le recojamos.

A nosotros la jornada intensiva nos parece lo mejor y hemos votado que sí. ¿Nuestro criterio?
  • El horario sigue siendo el mismo, de 9 a 16 con posibles extensiones, la diferencia está en cómo se reparten las horas dentro de ese horario. Afecta a nuestros hijos, pero no a los padres y a sus trabajos y rutinas.
  • Mario lo prefiere y tiene razón: todas las clases juntas y hasta el día siguiente, cuando acabo, me relajo, a comer y a jugar y no tengo que volver a clase. Y ahora no es crítico, pero cuando tengan que estudiar más adelante, mi opinión como profe, es que para ellos es más productivo, las clases de después de comer, sobre todo en ciertos meses del año, se desaprovechan mucho. Las de antes de comer con la jornada intensiva se pueden hacer pesadas, pero con un almuerzo para comer en el recreo, se llevan mejor.
  • Además, ahora no podemos comer ningún día juntos, comen a las 12.30 y nos es imposible, Pero con la jornada intensiva comen a las 14.00, Así que algún día podríamos darle una sorpresa y comer juntos en casa, algo que a todos nos encanta.
  • Por último, es una manera de mejorar las rutinas de Mario, que de lunes a viernes come a las 12.30 y los fines de semana, festivos y vacaciones, a esa hora tenemos que darle un aperitivo porque no comemos hasta las 14.00 ó 14.30.

Sin embargo, y para mi sorpresa, los padres del cole han organizado un boicot y no han ido a votar. De esta manera, aunque ha salido que sí, no ha habido el quorum suficiente y seguiremos con la jornada partida. Por lo visto es algo habitual, lo que me ha hecho preguntar a los padres del boicot acerca de sus motivos para estar tan en contra de la jornada intensiva, ya que no se trata de un problema de horarios, que se mantienen exactamente igual. Me esperaba motivos del tipo "son demasiadas horas seguidas y todavía son muy pequeños" ó "mi hijo no aguanta tantas horas sin comer". O cosas similares. 

Pero por aplastante mayoría las respuestas han sido de dos tipos "mi hijo se tiene que fastidiar y quedarse a comer y con la jornada intensiva habría más niños que podrían irse a comer a casa, prefiero que se fastidien todos" (cambiando el verbo fastidiar por algún otro que suena peor) ó "estas profes son unas listas, se quieren ir a las dos a su casa, y luego será a la una y terminarán por no venir pues no, que se fastidien" (de nuevo con otro verbo). CRITERIO.

lunes, 16 de febrero de 2015

Pequeños trucos para mejorar su autonomía

Creo que todos pasamos por momentos en los que sabemos que tenemos que dejar que nuestros enanos hagan las cosas por sí mismos, aunque al principio, mientras aprenden, esto nos supone más tiempo y más trabajo que hacerlas nosotros mismos. Si voy con prisa por la mañana y llegamos tarde al cole (algo que ocurre más a menudo de lo que debería, siempre acabamos corriendo), la tentación de vestir yo a Mario, ponerle las zapatillas y el abrigo y salir pitando es muy fuerte. Porque si le pido que lo haga él, tardamos el triple!

Por eso creo que es bueno pensar en los momentos de calma en pequeños detalles que pueden hacer la vida todos más fácil en lo que se refiere a su autonomía en las cosas más cotidianas. Algunos ejemplos que nos han venido muy bien:
  • Escalones: El principal, el del baño, para que pueda usar el inodoro sin ayuda (por cierto, se lo acabamos de quitar porque ya no lo necesita para nada). Aunque también usamos uno en la cocina para que pueda hacer cosas con nosotros. Nosotros los hemos comprado siempre en Ikea, tienen dos tamaños y son muy prácticos. 
  • Bidé: Muy útil para lavarse las manos y los dientes.
  • Toallitas para limpiarse: En un armarito bajo o a mano.
  • Estanterías abiertas, cajas, cestas y cubos para los juguetes y los cuentos: Todo a mano y a su altura para que pueda sacar las cosas cuando las quiera utilizar y para que las pueda recoger. Lo único que tenemos fuera de su alcance son los materiales de manualidades, que nos tiene que pedir y en muchos casos, usar con nosotros.
  • Cesto de ropa sucia accesible: Para que cuando se cambie o se manche él mismo ponga la ropa en el cesto.
  • Basura y cubos de reciclaje a mano: Que él pueda utilizar fácilmente, ayudándole a saber en cada caso lo que va en cada cubo. Mario ya lo tiene casi controlado y se enfada cuando ve que su padre no tira las cosas donde debe....
  • Ordenación de la cocina: Pensando bien dónde guardar las cosas, puedes poner fuera de su alcance todo lo que tiene peligro pero a su alcance lo que hace falta para el día a día. Y por ejemplo, así, pueden ayudarte a poner la mesa y a recogerla.
  • Perchero y zapatero a su medida: Para que pueda coger y dejar las cosas cuando salimos a la calle o cuando volvemos. En la casa nueva hicimos este perchero tan chulo juntos para la entrada: un tablero grande, un vinilo bonito y perchas que colocamos después de distintos tamaños y colores a diferentes alturas, las perchas bajas son todas para Mario (su abrigo, su mochila, su bufanda y su gorro).



Si les pones las cosas fáciles, se lo pides siempre por favor y celebras sus logros, es increíble lo mucho que pueden llegar a ayudarte con sus propias cosas desde muy pequeños.

Y obviamente para algunas cosas hace falta practicar con ellos cuando no hay prisa. En nuestro caso los dos últimos logros: que se limpie bien el culete sin dejar ni rastro (atención, que a mi no se me había ocurrido: en la guarde se lo limpian, pero en el cole no, tienen que saber hacerlo cuando llegan) y que se abroche las cremalleras.

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