viernes, 28 de febrero de 2014

Crisis de los 3 años

Habíamos escuchado hablar de las crisis de los 30, de los 40, etc. Pero no de la de los tres. Y Mario lleva un par de semanas en plena crisis.

La verdad es que se han juntado la mudanza, una época de muchos viajes de padreprimerizo y de mucho trabajo para mi, las emociones de una excursión y de su primera fiesta de cumpleaños. Pero es algo que ya habíamos observado antes en menor medida.

Cuando terminó el verano y dejamos de estar los tres pegados las 24 horas del día, Mario pasó de la cuna a la cama (tengo una entrada pendiente, por cierto) y comenzó su último año de guardería. Le insistieron mucho en que le iban a enseñar a ser independiente y le iban a preparar para el cole de mayores. Y estuvo unos días rarillo, negándose a hacer cosas que ya sabía hacer porque decía que era todavía pequeño. Con mucho cariño se le pasó rápido, pero a veces le notábamos gestos de cierta pena por crecer. Y ciertos miedos nuevos que indicaban una madurez que antes no tenía.

Estos días se ha repetido esta crisis, en la que está orgulloso por lo mayor que es y por las cosas que ya puede hacer sólo, pero en la al mismo tiempo se resiste a crecer y le da miedo que le comencemos a tratar de manera diferente. Le hemos notado que nos ha pedido que le ayudemos a desvestirse, a cenar o que nos ha preguntado si hacíamos algo concreto (como secarle después del baño o comerle a besos!!) "porque todavía era pequeño". 

Llevamos dos semanas repitiéndole que siempre va a ser nuestro bebé, y que hacemos lo que hacemos porque somos sus padres, que no se preocupe que siempre le vamos a ayudar. Pero le notamos una mezcla de alegría y tristeza muy curiosa. Otra cosa: ha comenzado a preguntarnos cómo era él cuando era un bebé. Es la primera vez que nos pide ver fotos y que le contemos historias ¿cómo comía? ¿cómo dormía? ¿llevaba pañal? Supongo que es un signo de que se de cuenta de que ya no es tan pequeño.

Pero bueno, como siempre, con paciencia, cariño, hablando mucho con él y poco a poco. Seguro que con la emoción de las cosas bonitas de estos próximos días se olvida un poco que se hace viejo... Pobre!!

jueves, 27 de febrero de 2014

Juguetes (y V)

Una vez hecho un recorrido por los juguetes "imprescindibles" de Mario en estos casi tres años, sólo un par de detalles.

El primero, dónde y cómo comprar para no dejarnos una fortuna. La verdad es que nosotros no hemos podido aprovechar casi juguetes de familiares o amigos porque hemos sido los primeros en tener un niño y no hemos podido "heredar". En nuestro caso nos ha tocado guardar las cosas que han sobrevivido decentes para ayudar a los que vengan después (bendito trastero....).

Pero no tengo la sensación de haber gastado mucho dinero en juguetes por varias razones. Una de ellas es que hemos planificado los regalos, es decir, cuando se nos ha ido ocurriendo cosas que le podrían gustar a Mario las hemos apuntado para no olvidarnos y al acercarse las fechas señaladas las hemos repartido con las personas de confianza (los abus y los tíos, más que nada). Una cosa por casa y así todos acertábamos.

Lo de poner un límite, una cosa por casa, me parece buena idea y lo seguiremos practicando, si no los abus se emocionan y esto es un descontrol. Aún así alguna vez nos hemos juntado con demasiadas cosas nuevas a la vez (los Reyes en Diciembre y el cumple en Febrero) y hemos guardado algo durante un tiempo para re-sorprender a Mario más adelante repartiendo un poco.

Los niños se abruman con tantas cosas y además, cuando son pequeños, lo que más le suele gustar son los envoltorios y embalajes de lo juguetes.... así que poco a poco.

Por lo demás, en lo juguetes en los que importa más la cantidad que la calidad (por ejemplo, en los cochecitos) hemos optado por los típicos bazares de barrio. También tenemos un Dideco al lado de casa, que no es muy barato pero tiene unas cosas super-chulas y al tener yo carnet, nos sale bien. Para los juguetes de marca como los Lego o los Playmobil, hemos aprovechado ofertas de jugueterías y grandes almacenes fuera de temporada alta. Y hemos comprado bastantes cosas por Internet, tanto en tiendas on-line especializadas como en clubes de compra tipo Privalia. Con un poco de organización, te ahorras un montón de dinero y encuentras las cosas que quieres. 

Lo segundo, es importante cómo guardar los juguetes, para que los tengan a mano y se acuerden de ellos. Es típico que un día de repente Mario vea algo que hace tiempo que no usa y durante unos días vuelva a ser su juguete favorito. O que se le ocurran nuevas formas de jugar y de mezclar las cosas. 

Cuando era pequeño lo teníamos todo en un par de cubos flexibles de Ikea en el salón. Los podía volcar él e incluso meterse dentro y usarlos también para jugar. Ahora que tiene más cositas, lo de más uso está en un rincón del salón en un par de cajas abiertas y todo lo demás en su habitación. Tiene una estantería abierta con cajas transparentes en las que tenemos todo "por temas" (las comiditas, los clics, los coches, los trenes, etc) y así puede coger y guardar las cosas sin depender de nosotros. Fuera de su alcance, como siempre, las cosas de manualidades. Las ve y nos las pide, así le controlamos un poco y no nos encontramos con sorpresitas desagradables.... 

Y por último, para mi muy importante relacionado con los juguetes: que aprendan a compartirlos, que aprendan a utilizar su imaginación y les den mil usos diferentes, y que aprendan a cuidarlos y a tenerlos ordenados y guardados (por lo menos al final del día!!).

martes, 25 de febrero de 2014

Juguetes (IV)

Los siguientes cambios ya han sido más recientes. Cuando Mario cumplió dos años le regalamos unos bloques de Lego Duplo y comenzó la fiebre por las construcciones. Desde que se lo regalamos es un juguete que usa casi todos los días y que siempre complementa al resto de juegos. De hecho para su tercer cumpleaños, dentro de unos días, queremos regalarle más bloques, para que pueda hacer cosas más complicadas ya que últimamente vemos que lo que tiene se le queda corto.


Durante el verano, Mario cambió el correpasillos por el triciclo. Y además comenzó a jugar con los cochecitos de los amigos, las típicas miniaturas, en la piscina. Desde entonces coches, camiones, motos, aviones y barcos son los juguetes estrella. Le gusta mucho una alfombra que le compré por dos duros que simula las calles de una ciudad, las rotondas, etc, y que además traía las señales de tráfico. Las manualidades de todo tipo y los juegos de mesa también empezaron a gustarle más que antes.

Y en los últimos Reyes Magos los regalos fueron los siguientes:

  • Una bicicleta, porque el triciclo se le había quedado pequeño y ya sólo lo usa para el pasillo de casa, no para la calle. En un par de días ya le ha cogido el truco, estamos deseando que llegue el buen tiempo para disfrutarla de verdad.


  • Juegos de simulación, pero más relacionados con las profesiones. Una caja registradora de mercado y un equipo de médico.


  • Un garaje para sus coches. Con gasolinera, túnel de lavado, rampas y ascensor!!!


  • Clics de Playmobil, pero ya "de los de mayores". Habíamos probado con unos caballeros medievales en Noviembre, y le gustaban tanto que se los llevaba al baño y a dormir con él. Así que los Reyes le trajeron los indios. Le encantan.


lunes, 24 de febrero de 2014

Juguetes (III)

Con los juguetes mostrados en las dos entradas anteriores Mario aprendió a caminar y durante un tiempo, la investigación del mundo con su nueva habilidad y sobre todo, las escaleras, fueron su principal entretenimiento.

A los 18 meses, con el control de esfínteres y sus primeras palabras notamos un cambio importante: le empezó a gustar mucho el juego de simulación/imitación, y comenzó a ser creativo y a inventarse sus primeras historias.

A finales de ese verano pilló en la piscina una sillita de bebé de juguete de una vecina y no hubo manera de separarle de ella en toda la tarde, emocionado empujando la silla y cuidando del bebé. Así que comenzó la época de otro tipo de juguetes y de juegos. Los que más le gustaron y que más uso han tenido han sido estos:
  • Sus hijos, dos bebés muy sencillos a los que ha cuidado con mucho cariño hasta hoy en día.
  •  Sus comiditas, sus cacharritos y su carrito de la compra.

  • Sus enseres de limpieza.

  • Sus herramientas, para arreglar todo lo que se ha roto en casa, su bólido y su triciclo. El casco que incluía su kit le ha dado muuuuucho juego.

  • Animalitos y personajes en miniatura. Y sobre todo los clics de Playmobil para bebés, con los que empezó a montar sus historias y teatrillos en tercera persona en lugar de en primera. Sus favoritos: el tren y el garaje.

viernes, 21 de febrero de 2014

Juguetes (II)

Con los primeros Reyes Magos y el primer cumpleaños, Mario tuvo sus primeros juguetes "grandes", todo un descubrimiento y algunos de ellos, todavía siguen por aquí. Lo que más triunfó cuando tenía alrededor de un año fue esto, la verdad es que creo que entre todos acertamos con sus regalos y tuvo pocas cosas pero a las que ha sacado mucho partido:

  • Un tren con animales que hacía música y andaba, al que perseguía reptando y gateando por el pasillo de casa.

  • Una mesa de juegos con todo tipo de actividades, a la que jugaba sentado en una sillita de plástico o poniéndose de pie. De hecho fue una de las cosas por las que empezó a ponerse de pie, aunque no andaba, se apoyaba en la mesa y pasaba ratos muy largos jugando con ella y viendo las cosas desde arriba por fin.


  • Sus primeros instrumentos musicales: un tambor, una pandereta y unas maracas. A estos que le trajeron los Reyes en sus primeras Navidades se han ido añadiendo con el tiempo una batería, un pianito, un xilófono, una guitarra, una armónica y una trompeta. Y un micrófono para cantar (tengo que dedicar una entrada completa a la música, algo que le encanta a Mario desde pequeño y que ocupa parte de su tiempo casi todos los días). Un consejo con algo que hemos aprendido con el tiempo: como en otros juguetes, cuanto más se parezcan a los reales y menos parezcan de juguete, más les gustará el instrumento. Nos pasó lo mismo con su "teléfono" y con otras mil cosas.


  • Sus primeros bloques de construcción, grandes y fáciles de encajar y desencajar para sus manitas de aquel entonces. Primero jugaba con ellos a amontonarlos y a transportarlos, pero empezó pronto a construir cosas sencillas.


  • Su bólido, es decir, el correpasillos. Tardó en llegar al suelo con los pies y en aprender a utilizarlo, pero jugó con él desde el principio: lo empujaba, guardaba cosas en el sillín (muy importante en este tipo de juguetes: que puedan transportar y guardar sus tesoros), lo usaba de parapeto. Durante mucho tiempo, en cualquier juego al que jugara, el bólido era "uno más". Nosotros le quitamos los cinturones de seguridad y los pedales (para hacer el burro, cuanto más sencillo mejor). Fue durante mucho tiempo un juguete de interiores, pero cuando aprendió a andar bien y justo antes de que comenzará a pedalear con el triciclo, le dejábamos bajarlo a la urbanización y tirarse por las cuestas. Vaya velocidad que cogía y qué buenos ratos pasaba (yo no tanto, pero bueno, tampoco les puedes tener entre algodones, ¿verdad?).



miércoles, 19 de febrero de 2014

Juguetes (I)

A ver si tengo tiempo de sentarme con calma estos días y escribir una serie de entradas acerca de juguetes, porque he dedicado muchas entradas al juego pero no a los juguetes, que cada vez son más importantes en la vida de Mario.

Voy a ir por orden. Los primeros juguetes que Mario tuvo fueron de peluche, para colgar en las paredes de su cuna o en su cuco y que los pudiera mirar y con el paso del tiempo, tocar (lanzando las manos como un loco hasta que pudo controlar el movimiento, que momentos tan divertidos pasé viendo cómo lo intentaba una y otra vez e iba afinando con la práctica). Mi consejo: diferentes tamaños, colores, ruidos, materiales y texturas, para que tengan diferentes estímulos. Y nosotros bautizamos a todos sus muñecos con todo tipo de nombres graciosos que luego hemos ido usando para contarle historias y cuentos: el hipo Calipo, la jirafa Jacinta, el caracolín Rasputín, el oso Tuco. Y nada de móviles, porque le excitaban mucho y se ponía histérico!!!! Yo creo que se pensaba que le atacaban.....



Mario no fue mucho de sonajeros. Sin embargo, otro juguete de esta primera época fue un espejo con el que pasó momentos alucinantes dentro de la cuna y que le encantaba.
Cuando empezó a pasar más rato en la hamaca o en la mantita de juegos, empezamos a llamarle el niño de las anillas, porque estaba todo el día con unas anillas de plástico de colores en las manos (los típicos aros duros con abertura). Quizás sea uno de los juguetes que más alternativas nos han dado, y todavía andan por aquí. Las he usado para colgar otros juguetes en distintos sitios, para hacer cadenas y unir cosas, Mario las usaba de sonajero y como mordedor, las únia y separaba. Son multiusos y muy resistentes, para mi muy recomendables con bebés casi desde el principio.


Y también le encantaban en esta época los libros de trapo y distintos tipo de cubitos, torres, pelotas y cubiletes de diferentes tamaños y colores. Con este tipo de juguetes pasaba mucho tiempo entretenido, aunque sólo fuera metiendolos unos dentro de otros o llevándolos de un sitio a otro.

Por último todo un éxito (regalo de un alumno mio) fue este muñeco con luz y música, que le dejaba hipnotizado y que tenía siempre al lado del cambiador por si se me ponía rebelde con el cambio de pañal.

Después comenzó con una etapa, la de la movilidad (a gatas y a rastras), en la que cualquier objeto que pillara por la casa era un juguete mucho más interesante que cualquier otra cosa que le pudiéramos dar nosotros para jugar. Así que se pasaba el día entretenido con un paquete de clínex, un peine o un cucharón. Aquí jugábamos mucho a fabricarle "cofres del tesoro", de manera que le metíamos en algún cubo, cesto o caja grande muchos objetos cotidianos y se pasaba el día manipulando, metiendo, sacando, abriendo, cerrando, ordenando.

viernes, 14 de febrero de 2014

¿Funciona la homeopatía con los bebés?

La gente que sabe que la utilizamos con Mario me pregunta y la verdad es que tengo que decir que creo que sí. El primer invierno de Mario, cuando comenzó la guardería, fue horrible, se puso malo cada dos semanas como un reloj. Y cogió de todo.

Obviamente sus defensas se han fortalecido, pero el segundo y el tercer invierno están siendo mucho más tranquilos y eso lo achacamos también a la homeopatía. Combinada con la "medicación tradicional" siempre que la hemos necesitado, claro. Pero tengo que decir, que desde que estamos con la homeopatía sólo hemos necesitado antibiótico en colirio y en pomada para cosas muy concretas. Desde mi punto de vista lo mejor es encontrar un pediatra sin prejuicios que te prescriba de todo y que se preocupe tanto de la prevención como del tratamiento cuando ya están malitos. Y del seguimiento posterior, porque cuando han estado malos, muchas veces vuelven a caer enseguida y eso se puede tratar de evitar.

¿Qué tipo de homepatía tenemos en nuestro botiquín de casa? Pues la que le refuerza las defensas (tipo Oscillococinum, Invergriphi o Munostim, toda en bolitas o pastillas que le disolvemos en agua), con la que tenemos un tratamiento de base durante todo el invierno que reforzamos en cuanto notamos que empieza a ponerse malo. Si alguna de estas cosas lleva belladona, mejor que mejor, porque ayuda con la febrícula y evita abusar de antitérmicos cuando sólo tienen unas decimillas. Y también está la que utilizamos en nebulizador, aerosoles o spray sublingual para tratarle los mocos y la congestión y evitar/minimizar las laringitis que tanta guerra le dan, sobre todo cuanto está con dientes (tipo Euphorbium, Mucosa compositum o Echinacea). 

Aparte de estas cosas, un jarabe para la tos (tipo Homeotox, Stodal o ExpectoDhu) y las variantes de aceites y cremas de caléndula para tratar todo lo que tenga que ver con la piel. Es una pena que la homeopatía salga más cara que otro tipo de tratamientos (tienes que pagar la consulta y los productos). Pero como es salud, y vemos a Mario tan bien, a nosotros nos está compensando. ¿Qué opináis vosotras, habéis probado algo?


miércoles, 12 de febrero de 2014

Discusiones filosóficas (V)

Mirándose fijamente en un espejo: "Mamita, ¿tus ojos no son como los míos? Están diferentes" "No, mi vida, ¿no te habías dado cuenta? Los tuyos son azules y los míos son marrones" "¿Y los de papito?" "Los suyos son verdes" "Y, ¿quién se los ha pintado?" "Nadie, cada uno nacemos con los ojos de un color diferente" bueno, pues ahora se pasa todos los días un rato mirándose sus ojos en un espejo y mirándome los míos de bien cerquita para que no se le pase ningún detalle. E intentando pillarme en el baño cuando me los estoy "pintando" para tenerlos de un color diferente que el suyo....

miércoles, 5 de febrero de 2014

Al Museo de Ciencias Naturales con Lisa

Después de varios fines de semana limpiando la casa y sacando cosas de las cajas, este pasado ha sido el primero que nos hemos tomado "libre". Y no ha diluviado ni nevado, así que hemos podido airearnos un poco por fin. Además nos tocaba Lisa otra vez, la muñeca de la clase de Mario y que se turnan para sacarla cada fin de semana e ir haciéndole un cuaderno de viaje con sus experiencias.

Mario estaba muy ilusionado, el viernes por la tarde le enseñó a Lisa su casa nueva y todos sus juguetes. La peinó, la puso cómoda, le dio la cena y tuvimos que prepararle una camita al lado de la suya... Se pone tan tierno que nos morimos de la risa con él. Vimos un capítulo de Caillou en el que va al museo de Ciencias Naturales, así que le propusimos llevar a Lisa al día siguiente.

Y la verdad es que fue todo un acierto, hacía tiempo que no le veía tan emocionado. Obviamente, ver una exposición o un museo con un niño tan pequeño no tiene nada que ver con hacerlo sin él. Ya habíamos ido a exposiciones de arte pero todavía no a otro tipo de museos. El recorrido tiene que ser rápido (una hora más o menos) y deteniéndose en las cosas que pueda entender y que le gusten, proponiéndole actividades que vayan más allá de la observación pasiva.

Por ejemplo, a Mario los minerales como que no le interesaron mucho. Pero la parte de biodiversidad con todos los animales y la de la Prehistoria y los dinosaurios le gustaron mucho. Volveremos, porque ya es capaz de disfrutarlo mucho y le ha encantado.

Después fuimos a tomar el aperitivo y el resto del fin de semana; paseos, buena comida y descanso. Tanto Mario como Lisa lo han pasado muy bien, y así lo hemos documentado en el cuaderno de viaje con fotos de dinosaurios, canapés de salmón y mini-cocineros haciendo magdalenas caseras...
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