Es definitivo: Mario ha estirado otra vez. Lleva unos días que cuando nos bañamos (muchas tardes los tres juntos para ahorrar tiempo y hacerlo más divertido), se queda de pie con nosotros, antes se sentaba y le gustaba que le cayera al agua y jugar con sus cosas, pero ahora parece que prefiere ser uno más.
Y ayer me pareció que nos llegaba más alto. Y que casi no le sobraba cuna por los pies. Hoy le he tenido que abrigar (vaya tiempo de m.) y como que le quedaba todo más pequeño, y sólo hacía dos semanas que no se ponía esa ropa.
Pero es que hoy, le he pillado mirándose al espejo del baño por encima del lavabo. Por encima! Y por primera vez ha podido abrir una puerta por el manillar sin problemas, sin colgarse ni estirarse ni nada, igualito que yo. Qué barbaridad, ya nada estará a salvo, ni cerrando las puertas!!! Jaja.
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