En el viaje que hicimos a la playa hace quince días Mario se aburrió un poco en el coche (normal, no le cogí nada de nada para que se entretuviera y cantando, cantando no damos para tanto). Así que le hice un avioncito de papel con el ticket de la autopista y vino tan entretenido con él el resto del camino.
Ahora la papiroflexia le encanta. Yo soy malísima, pero en YouTube hay unos vídeos muy sencillos para hacer las cosas básicas sin grandes sufrimientos. A Mario además le encanta eso de que el ordenador nos vaya dando instrucciones para hacer lo que él quiere, se muere de la risa. De momento yo doblo y él juega, pero estoy intentando que se anime a aprender, me parece un ejercicio estupendo. Su preferido, el avión de la foto, que se hace todo el pasillo de casa como una bala y nos pega unos buenos sustos a su padre y a mi cuando nos pilla desprevenidos...
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