domingo, 17 de abril de 2011

La cuna

Nos han dejado una cuna pequeña, de estas que tienen un armazón de madera y una especie de saco que cuelga de él en el que va una lámina de madera como somier y el colchón. Es muy cómoda porque tiene ruedas y la podemos mover fácilmente por la casa.
Por el día la tenemos al lado de la ventana del salón, así Mario tiene luz. Además así está cerquita del radiador, y con esto, y si pega el solecito, no hace falta tenerle muy abrigado dentro de casa. Por la noche la tenemos al lado de la cama, en mi lado. Es lo más cómodo si hay espacio, porque así si pasa algo, ni siquiera tengo que salir de la cama para asomarme y ver lo que pasa. Ni tengo que levantarme para ponerle el chupete, que suele ser una de las cosas más habituales que necesita por la noche.
En cuanto a la ropa de cuna, tenemos puesto un hule para proteger un poco el colchón de los posibles reflujos y "escapes varios", Encima ponemos una sábana bajera ajustable y una funda de almohada. Sí, una funda, sin almohada. Es muy cómodo, porque si se mancha de leche o de babas, basta con cambiar esta funda y no hay que cambiar la bajera cada vez. Con un niño pequeño en casa la lavadora echa humo, pero con estos pequeños trucos, la verdad es que una se ahorra trabajo!
Y por encima, solemos ponerle una sábanita y depende del frío que haga, una mantita o toquilla. Al principio no hacía falta porque Mario estaba siempre con dudú, y no había que arroparle casi. Ahora ya sí que le arropamos, pero la verdad es que para él, conseguir sacar las piernas por encima de lo que pongamos es un juego, así que es mejor abrigarle a él directamente si hace frío que ponerle mucha ropa de cama encima.
Ahora que hemos empezado a ponerle juguetes en la cuna para que se entretenga en los ratos que pasa despierto, cada vez más, nos vienen muy bien unas anillas de colores (las típicas para que pueda jugar) que utilizamos para enganchar muñecos o el espejo a los lados de la cuna. Eso sí, tenemos un móvil precioso que no le ponemos porque el efecto es el contrario del que supone que debería tener: se vuelve loco con él. Lo dejaremos para más adelante.....

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