Mario, como casi todos los niños, aprende las cosas cuando está motivado para hacerlo y les ve su utilidad. Hasta hace bien poco el tema de los colores no le interesaba en absoluto, así que se sabía todo tipo de palabras para nada cotidianas pero que le hacían gracia, y pasaba olímpicamente de los colores.
Pero jugando con él a hacer castillos, que ahora le encanta, le ha visto la utilidad a saber los colores de las piezas porque muchas veces le voy indicando las que tiene que poner o las que necesito para hacer algo y se lo digo por el color. También estamos pintando mucho, y ahora para Mario las pinturas son una de sus posesiones más preciadas. Y claro, son de colores.
Todo esto ha coincidido con que por las mañanas, cuando yo le llevo al cole, como mi coche está aparcado en la calle, le hago ir buscando el coche de mamá, que es rojo.
Todo esto ha coincidido con que por las mañanas, cuando yo le llevo al cole, como mi coche está aparcado en la calle, le hago ir buscando el coche de mamá, que es rojo.
Y vamos descartando lo que no son rojos porque en esos no nos tenemos que subir. Así que vamos diciendo los colores de todos. Total, que en tres días se sabe todos los colores. Incluidos los raros. El rojo y el marrón le confunden a veces, pero los demás ya los tiene del todo controlados, y le encanta decir el color de cada cosa. Sobre todo le gusta decir "amarillo", que la letra elle le encanta...
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