sábado, 30 de abril de 2011

El maravilloso mundo de los pañales

Cuando Mario iba a nacer compramos dos tipos de pañales: los caros (Dodot) y los baratos (de marca blanca). Los califico así porque los primeros cuestan casi el doble que los segundos. Y cuando trajimos a Mario a casa, probamos. Y decidimos no ahorrar en pañales. ¿Por qué? Pues porque se nota mucho la diferencia, no es por ahcer propaganda, pero la verdad, es que los de Dodot son mucho más suaves, agradables y blanditos, se adaptan mejor al cuerpo del niño, absorben mucho más, etc. Ni punto de comparación. Así que en esto, nos hemos resignado, es un presupuesto, pero nos compensa. No tiene rozaduras por ningún sitio, nunca está mojadito ni se le ha "escapado" nada, transpira. Además con los Dodot nos podemos permitir saltarnos algún cambio en las tomas nocturnas para no espabilar a Mario, con los otros sería imposible, habría que cambiarle el pañal siempre.
Hasta las 6 semanas más o menos hemos usado los Sensitive (la talla 1). Al principio le doblábamos el pañal por delante para que se le aireara el cordón, luego ya se lo pudimos poner bien.
Luego hemos pasado los de talla 2 (estos paquetes ya traen más pañales y se nota el ahorro, los de talla 1 son los que salen más caros y además los primeros días se gastan más pañales), y por el ritmo que lleva Mario con el peso, no tardaremos mucho en pasar a los de talla 3, que hemos visto que ya no son Sensitive, son Activity o Etapas. 
No conviene que el pañal quede grande porque se sale todo, pero tampoco que le quede ajustado, obviamente, porque el peque está incómodo y es más fácil que el pañal le haga rozadura por algún sitio. Así que lo mejor es quedarse más o menos en el centro de las horquillas de peso.
Y una última cosa acerca del tema: nosotros tiramos directamente los pañales a la basura, pero eso sí, la basura hay que sacarla todos los días, porque si no el tufillo asusta.

jueves, 28 de abril de 2011

Las primeras vacunas

Bueno, ha llegado el cumple-mes de Mario y ha hecho 2 meses. Parece mentira! Nos ha tocado ir al pediatra y todo va bien. Allí nos han dado el papelito para las vacunas y resulta que teníamos que ir a ponérselas ese mismo día, porque si no el dichoso papelito no nos valía.
Así que nos hemos ido a un centro de salud cercano en el que sí tienen enfermera pediátrica que pone vacunas. Al final decidimos ponerle la del rotavirus, esa la hemos comprado en la farmacia y la hemos llevado nosotros (hasta la hora de la vacuna, hay que guardarla en la nevera), porque como no es obligatoria, no te la financian. Ya que estábamos en la farmacia, hemos aprovechado para comprar Apiretal, porque es probable que tenga unas decimillas de fiebre estos días y es el antopirético que nos han recomendado para el niño.
Bueno, resumiendo mucho, le hemos dado el Apiretal justo antes de salir hacia allí., que teníamos hora a las cuatro de la tarde. Cuando hemos llegado, le han dado primero la del rotavirus que es oral (y por cierto, le ha gustado mucho) y luego le han puesto los 3 pinchazos, uno en una pierna y dos en otra. Se ha llevado un susto de muerte primero, un enorme disgusto después. No le había visto llorar tanto nunca, pobrecito.
Un consejo: cogedle en brazos justo al final, si le cogéis en medio, y luego le volvéis a dejar en la camilla, el disgusto es doble. Que cuando le cojáis, ya sea para consolarle definitivamente y no le vuelvan a hacer "cosas malas".
El resto de la tarde ha estado rarito, no se fiaba y no quería volver a dormirse, pero estaba cansado. Luego tuvo unas decimillas (menos mal que le dimos el Apiretal preventivo), se ha dormido más pronto de lo normal, ha estado toda la noche destempladillo y le hemos vuelto a dar Apiretal porque estaba con unas décimas otra vez. En general ha estado raro unas 36 horas, pero todo llevadero. Y una de las vacunas se le ha quedado un poquito enquistada, así que le hemos estado dando un masajito todos los días antes del baño para que le desapareciera el bultito.
Hasta los 4 meses, ya hemos pasado el trance.....

jueves, 21 de abril de 2011

Cuando los baberos se quedan pequeños....

El gordito (como le llamamos cariñosamente desde mi embarazao) crece por días. Todo él, así que nos hemos dado cuenta de que los minibaberos que veníamos utilizando desde que nació, con velcro en la parte de atrás, se nos quedan pequeños. Primero, porque no le abarcan casi el cuello y no le cierran bien. Segundo, porque antes le llegaban casi hasta el ombligo y ahora parece que le quedan de cuello de camisa. Así que hemos pasado a los baberos de "niño mayor" que teníamos guardados, más grandes y con lazada en vez de con velcro (un poco rollo ahora mismo, pero supongo que cuando sujete mejor la cabeza, serán más cómodos). A ver cuánto nos duran estos.
La táctica de organizar la ropa en la cómoda de Mario por tamaños e ir probando de vez en cuando la ropa del cajón siguiente funciona, si no lo hiciéramos, habría ropa que para cuando quisiéramos estrenarla, ya no le cabría....

miércoles, 20 de abril de 2011

Mocos

Los primeros días Mario estornudaba mucho, y con eso se fueron limpiando sus vías respiratorias, le salía de todo al pobre. Luego ya empezó a estornudar sólo con los cambios de temperatura, y con los días, comenzó a tener algún moco más normal (no "sucio" del parto) y a tener algunas noche un poquito de rinitis (lo que os conté del sonido de cerdito).
Por suerte en nuestra casa el ambiente no es muy seco, así que casi no le ha pasado más lo de la rinitis y no nos ha hecho falta usar un humidificador, pero con mocos si que ha seguido. 
Así que si es grande y está alcanzable, se lo quito con un bastoncillo de algodón. Pero solemos limpiarle una vez al día con suero fisiológico, utilizamos un envase monodosis por orificio nasal, con apretarlo por la parte de arriba sale a presión y con Mario tumbado de lado, eso le limpia la nariz estupendamente. Solemos hacerlo antes de darle el baño, sobre el cambiador de la bañera. Y no le gusta demasiado pero se ha ido acostumbrando y tampoco nos monta un drama.

Actualización: A una amiga le han surgido dudas, me explico mejor. Tumbas al niño de costado, y le sujetas con una mano sus bracitos y la cabeza (si no le sujetas, obviamente se mueve porque no es plato de gusto, y no se puede hacer nada). No hace falta sujetar las piernas, puede patalear y desahogarse. Para que vaya todo bien, la espaldita tiene que estar recta, es decir, toda la columna en línea y sin escorzos. Entonces se aprieta el tubito monodosis de suero dentro del orificio nasal que queda arriba. Si se hace bien, sale todo por el orificio que queda abajo, y arrastra los mocos consigo. Además el niño suele resoplar y termina de salir todo. Si se hace mal (porque el niño no estaba recto, porque no se ha apretado fuerte y el suero no ha pasado a presión o las dos cosas a la vez, al principio es normal porque se va con miedo), lo que suele pasar es que el niño se traga el suero y no le salen los mocos. Cuando se termina con el primer orificio, se da la vuelta al niño, y se hace con el otro.

martes, 19 de abril de 2011

Más problemas de tripita: gases

A las tres o cuatro semanas los reflujos nos dieron una tregua, Mario los sigue teniendo, pero mucho más llevaderos. Hemos estado tranquilos hasta las 6 semanas más o menos, pero al comenzar con los biberones de 150 ml, han vuelto los problemas, esta vez en forma de gases. En concreto, de cólicos por gases, casi siempre entre la cena y la recena, aunque a veces en otras tomas.
Después de un tiempo de prática, os dejo unos trucos que hemos visto que funcionan.

Para evitar los cólicos:
  • Antes de cada toma, un masaje I Love You (I-L-U), Colikind (5 bolitas disueltas en agua que le damos con cuentagotas, es homeopatía y le ayuda a expulsar los gases) y un ratito boca abajo para terminar de expulsar los gases de la toma anterior, por arriba y por abajo.
  • Durante la toma, paramos 2 ó 3 veces para que eche gases, tenemos que intentarlo en todas las posturas que nos sabemos hasta que lo consigue, pero hay que echarle paciencia.
  • Después de cada toma, más intentos de echar gases y unos 10 minutos de reposo, entre tiempo vertical en brazos y tiempo recostado a 45º.

En las tomas nocturnas aligeramos un poco esta rutina porque si no se espabila mucho y no se vuelve a dormir, por suerte en estas tomas no suele estar tan mal de gases (no sé si hay explicación científica, supongo que como está medio dormido y las hace más tranquilo, le sientan mejor).

Si ya tiene un cólico:
  • Se pasa muy mal rato, porque lloran mucho, y se nota que es de dolor (Mario ha llegado a quedarse afónico), se encogen, cierran mucho los ojitos y se desesperan porque no se lo resuelves. Pero sirve, además de intentar consolarles (mimos, canciones, brazos), los masajes I Love You, ponerles boca abajo y el calor seco. Nosotros se lo ponemos con una banda de farmacia, de estas que pueden meterse en el microondas o congelarse.

Por suerte a Mario como mucho le ha durado un cólico de estos malos una hora y media o dos. Y le han dado 3 ó 4 a la semana hasta que hemos empezado a tener cuidado con el tema y lo hemos podido reducir.

lunes, 18 de abril de 2011

El cambio de las 6 semanas

Hasta que ha cumplido las 6 semanas la vida de Mario ha sido "sencilla": comer; dormir (una vez que descubrimos el dudú, conseguimos que duerma un ratito como mínimo entre toma y toma); si el tiempo lo ha permitido, un paseo; y poco más. La mayor parte del día ha estado en su cuna y la interacción con nosotros ha sido sobre todo en las tomas, y a base de caricias, hablarle, cantarle y enseñarle la casa, algún juguete sencilo, etc.
De repente, al cumplir las 6 semanas, se ha notado un cambio enorme. Para empezar, Mario ha comenzado a sonreir, pero ya no lo hace como antes, como una mueca al terminar de comer o mientras dormía, ahora lo hace cuando algo le hace gracia! También ha comenzado a hacer gorgoritos, y la interacción con nosotros es mucho mayor. Ha comenzado a pasar la mayor parte del día despierto, ahora hace una siesta corta por la mañana y otra más larga (porque en este le seguimos poniendo el dudú) por la tarde. Se nota que lo ve todo mucho mejor, que entiende todo más y ha comenzado a aguantar algún ratito en la hamaquita (tantas horas despierto por el día no las puede pasar en la cuna). Por ejemplo, ahora cuando me voy a la ducha, lo pongo en el baño en la hamaquita y así me ducho más tranquila. Y él se lo pasa muy bien, le encanta estar en sitios diferentes de los habituales. Se cansa rápido, pero para cosas cortitas, y en la posición más recostada, la hamaquita es una buena alternativa. Yo he ganado mucho en movilidad....
En cuanto a la cuna, hemos comenzado a colgarle juguetes en los ratos que pasa despierto: un espejo (le encanta su hermano gemelo), un móvil sencillo, unas anillas. Se entretiene con ellos bastante rato y ha empezado a hacer esfuerzos para alcanzarlos con las manos, aunque todavía le cuesta mucho, se esfuerza pero pasan unos minutos hasta que consigue tocar lo que quiere, y yo creo que un poco de casualidad.
Así que ahora hemos cambiado un poco la rutina: después del desayuno nos quedamos un rato jugando en la cama (los cinco lobitos, juegos con las manos, canciones, antes le metía un ratito en la cama conmigo pero sólo le hacía cariñitos, ahora se lo pasa genial si hacemos más cosas), después uns siesta porque acaba agotado, el almuerzo, el paseo, la comida, otra siesta, un rato de juegos, la merienda, otro rato de juegos, el baño (ahora que le gusta y le relaja), la cena y a dormir. Le despertamos para le recena y a cruzar los dedos.... aunque de momento no pasamos de las 5 normalmente.

domingo, 17 de abril de 2011

La cuna

Nos han dejado una cuna pequeña, de estas que tienen un armazón de madera y una especie de saco que cuelga de él en el que va una lámina de madera como somier y el colchón. Es muy cómoda porque tiene ruedas y la podemos mover fácilmente por la casa.
Por el día la tenemos al lado de la ventana del salón, así Mario tiene luz. Además así está cerquita del radiador, y con esto, y si pega el solecito, no hace falta tenerle muy abrigado dentro de casa. Por la noche la tenemos al lado de la cama, en mi lado. Es lo más cómodo si hay espacio, porque así si pasa algo, ni siquiera tengo que salir de la cama para asomarme y ver lo que pasa. Ni tengo que levantarme para ponerle el chupete, que suele ser una de las cosas más habituales que necesita por la noche.
En cuanto a la ropa de cuna, tenemos puesto un hule para proteger un poco el colchón de los posibles reflujos y "escapes varios", Encima ponemos una sábana bajera ajustable y una funda de almohada. Sí, una funda, sin almohada. Es muy cómodo, porque si se mancha de leche o de babas, basta con cambiar esta funda y no hay que cambiar la bajera cada vez. Con un niño pequeño en casa la lavadora echa humo, pero con estos pequeños trucos, la verdad es que una se ahorra trabajo!
Y por encima, solemos ponerle una sábanita y depende del frío que haga, una mantita o toquilla. Al principio no hacía falta porque Mario estaba siempre con dudú, y no había que arroparle casi. Ahora ya sí que le arropamos, pero la verdad es que para él, conseguir sacar las piernas por encima de lo que pongamos es un juego, así que es mejor abrigarle a él directamente si hace frío que ponerle mucha ropa de cama encima.
Ahora que hemos empezado a ponerle juguetes en la cuna para que se entretenga en los ratos que pasa despierto, cada vez más, nos vienen muy bien unas anillas de colores (las típicas para que pueda jugar) que utilizamos para enganchar muñecos o el espejo a los lados de la cuna. Eso sí, tenemos un móvil precioso que no le ponemos porque el efecto es el contrario del que supone que debería tener: se vuelve loco con él. Lo dejaremos para más adelante.....

sábado, 16 de abril de 2011

Alimentación entre la semana 5 y los 2 meses

Al principio hemos seguido con los mismos horarios y con los bibes de 120 ml. En la semana 6 hemos hecho un cambio: por las noches hemos dejado de despertarle cada cuatro horas y hemos pasado a que sea él el que nos despierte. 
De momento nos ha seguido despertando cada cuatro horas, pero entonces hemos comenzado a darle la cena y la recena de 150 ml, y con eso hemos conseguido que algunos días aguante hasta las 5 o incluso hasta las 6 de la mañana. Y a partir de este momento, poco a poco hemos pasado a preparar todos los biberones de 150 ml, primero el desayuno porque se despertaba con mucha hambre y luego todos los demás.

viernes, 15 de abril de 2011

Mi niño el aventurero

Vengo muerta de risa. Hemos salido de paseo Mario y yo con un sol espléndido, pero cuando estábamos en la otra punta, ha cambiado el tiempo, se ha levantado un vendaval y ha comenzado una tormenta. 
No tenía muchos sitios para ponerme a cubierto, y además iba un poco justa de tiempo para la comida de Mario, así que como de momento no caía mucha lluvia, he decidido aligerar y volver a casa lo más rápido posible. Obviamente, no llevaba la capota para la lluvia, porque cuando salimos hacía un día precioso. Y yo toda preocupada.
Y para mi sorpresa, mi niño dentro de su cuco, primero ha puesto una cara rara con el viento, luego ha abierto los ojos como platos y cuando hemos empezado casi a correr y a coger todos los baches y encima le caía de vez en cuando un goterón, ha empezado a lanzar grititos de alegría y a reirse.
Total, que ha llegado a casa con una juerga en el cuerpo increíble y con cara de haber estado en el parque de atracciones. Si pudiera hablar, mañana me pide que repitamos.

jueves, 14 de abril de 2011

Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar

Cuando uno empieza a quedarse solo en casa con el niño se da cuenta de lo importante que es tenerlo todo a mano en todo momento, si no, es una locura la cantidad de viajes que te das por la casa y en muchos casos, con el niño que necesita algo o que está llorando.
Así que donde estamos Mario y yo, siempre hay una caja (de tamaño de caja de zapatos) con lo elemental:
  • Pañales para todo el día.
  • Las toallitas de caléndula y una toallita, para el culete. Y la palangana con la esponja, pero vacías claro, ese viaje hay que hacerlo, el de llenarla cuando se necesita.
  • Las cremitas que le estemos dando en ese momento (si tiene alguna grieta, o alguna irritación, etc) y la colonia.
  • El chupete.
  • Suero fisiológico monodosis y gasas (sobre todo por los mocos, pero no vienen nada mal para otras cosas).
  • Sacarina líquida (para el hipo, os cuento otro día).
Y cualquier otra cosa que en ese momento estemos utilizando a menudo.

martes, 12 de abril de 2011

Por fin le gusta el baño

Bueno, como creo que ya os conté en alguna entrada anterior, el primer baño se lo dieron en el hospital, el segundo día, entre su papá y una enfermera. Y no le gustó nada....
Al llegar a casa comenzamos a bañarle todos los días entre la toma de la merienda y la de la cena (más bien un rato antes de la cena, porque después de la merienda echaría toda la leche por los reflujos). Y seguía sin gustarle nada.... Normal, las primeras semanas lo peor que podía pasarle era que le quitaras el pañal, así que imaginad la situación!
Pero bueno, no desesperamos (más bien fue el papá el que no desesperó, que los primeros días se tuvo que encargar el solito). Os pongo en situación.
Compramos una bañera plegable, toda plegable, las patas y la cubeta. Todo un éxito, en una casa de 40 metros cuadrados el espacio es importante, pero está bien no renunciar a ciertos lujos, y bañar a tu hijo cómodamente sin tener que estar agachado y hecho un ocho, es uno de ellos. La ponemos en el baño, encima del inodoro, porque las patas de la bañera se abren justo con esa medida para poder ponerla encima de los sanitarios.
Nos dimos cuenta los primeros días de que con el baño Mario es friolero. Así que además de ponerle el gua calentita, y del radiador del baño, poníamos un calefactor extra para que ese ratito se caldeara más el ambiente. Esos primeros días poníamos muy poquita agua en la bañera y los baños eran rápidos porque se llevaba mucho disgusto, así que no era plan de alargarlo. Eso sí, comenzamos con una rutina que todavía tenemos de hacer tonterías para que se lo pase bien: le desnudamos cantando tariro-tariro, le cantamos siempre cuando entra en el agua que le toca su baño hidratante-relajante-oxigenante-gratificante-etc, le hacemos chorritos con la esponja,... Al principio no lo valoraba, pero ahora son las cosas que más le gustan y se ríe mucho.
Es muy importante agarrarles bien, de manera que estéis cómodos y que el niño se sienta seguro, si no se lleva ningún susto poco a poco se irá relajando. Nosotros le pasamos un brazo por debajo del cuerpo, se lo pasamos por debajo de la axila contraria y le agarramos el bracito entre el hombro y el codo, de manera que pueda apoyar su cabeza en nuestro antebrazo. Con mucho cuidado, porque como usamos aceite de caléndula para el baño (por su piel, es lo que le va mejor con diferencia), resbala mucho.
Mientras el baño no le gustó, lo adelantamos, porque con el disgusto se excitaba mucho y luego no dormía bien, así que lo hicimos antes de la merienda.
Luego, le ha empezado a encantar y le relaja mucho, así que hemos vuelto a hacerlo antes de la cena. Cuando ha dejado de llorar y le ha empezado a encantar el baño (ha sido cuestión de unos días, un cambio muy rápido), ya hemos disfrutado de baños más largos, con más agua, y hemos empezado a dejar que flote, a salpicar, a darle la vuelta, etc. Se lo pasa genial, la verdad es que es una maravilla verle, yo creo que para él es ahora uno de los mejores momentos del día!

lunes, 11 de abril de 2011

Pis y caca

Bueno, esta entrada es un poco escatológica, pero es una parte muy importante en el día a día de un gordito... así que vamos a ello.
Como os decía en alguna entrada anterior, si el niño está comiendo adecuadamente (y por lo tanto, se está hidratando adecuadamente), debe empapar unos 4 ó 5 pañales al día. Mario suele hacer pis en todas las tomas, así que con esto vamos bien (menos un día que no comió casi nada, y claro, no hizo nada de pis).
En cuanto a la caca, depende mucho del niño. Mario suele estar en una o dos al día. Unos días la hace sin enterarse, otros días nos cuesta un disgusto. Cuando era un recién nacido, solía encoger las piernas contra el pecho para apretar, pero últimamente, en lugar de encogerlas las estira del todo. Eso sí, entre los ruiditos de esfuerzo que hace y lo colorado que se pone, es fácil saber lo que está haciendo. La pena es que muchas veces le dan ganas justo cuando está comiendo, y esa toma está amargado, porque tiene hambre y quiere comer, pero no puede apretar a la vez. Y encima con los esfuerzos, muchas veces tiene reflujos y lo poco que puede comer lo echa. Pero bueno, suele ser en una toma al día, así que es cuestión de esperar a la siguiente para que compense.
Parece mentira que con lo pequeñitos que son, hagan esas cosas tan tremendas y tan malolientes... Y encima, comiendo solo leche, hay variedad de color y de texturas. Normalmente, cuanto "más antigua" sea, más oscura y más les cuesta, porque está más durita.
Si Mario lo está pasando mal, tenemos varios trucos que funcionan:
  • Un masajito en la tripa (siempre en el sentido de las agujas del reloj, del tipo I Love You (ILU): colón descendente- transverso y ascendente).
  • Ponerle en posición agrupada, con las rodillas hacia la tripita y siempre a favor de la gravedad y sin que esté sentado sobre "el asunto".
  • Quitarle el pañal un rato y estimularle un poco el esfinter (protegeros en este caso, podéis salir perdiditos de pis, caca o ambos dos).
Una vez que hayan terminado, con más o menos esfuerzo, es muy importante limpiarles bien para que no tengan problemas de piel. Nosotros quitamos lo gordo con un par de toallitas húmedas (usamos las de Calenduflor, son una maravilla, como todo lo de caléndula, le dejan la piel perfecta). Luego le damos con una esponjita suave y agua (usamos una palangana pequeñita), le secamos bien con una toallita pequeña y le ponemos el pañal limpio. No usamos ningún tipo de cambiador, ponemos una toalla grande doblada encima del sofá o de la cama y ya está. Eso sí, doblada para que si hay accidentes, no traspase nada.
Y sólo le ponemos cremita si vemos que tiene alguna escocedura, pero la verdad es que hasta ahora no nos ha hecho falta casi nunca, como siempre llora cuando termina y le cambiamos enseguida, tiene la piel bastante bien.

domingo, 10 de abril de 2011

El chupete

Nosotros hemos decidido utilizarlo, pero con moderación. Es fácil: lo tenemos siempre en la cuna y lo usamos cuando Mario quiere dormirse y le cuesta un poco conciliar el sueño (la verdad es que con el dudú, nos hace falta pocas veces, pero bueno, en ocasiones hace fala un poco de ayuda extra...). Además de en este momento, lo utilizamos cuando salimos de paseo y Mario quiere dormir. Y lo tenemos a mano por si hay un momento de crisis: un hipo muy fuerte (el chupete con una gota de sacarina líquida funciona a veces), un hambre horrible, etc. Pero la verdad es que lo usamos muy poco fuera de los momentos de ir a dormir. Eso sí, lo empezamos a usar el segundo día, todavía en el hospital, y cuando viene bien, viene estupendamente. Sobre todo porque así evitamos que se chupe los dedos, las manos y los puños (que con el hambre, a veces se los mete enteros dentro de la boca).
A la hora de comprar el chupete, como con todo lo demás, parece que hay que hacer un curso. Pero bueno, los hemos cogido del tamaño más pequeño (tenemos varios para que haya repuestos y los va usando todos), de silicona (nos han recomendado el látex para cuando empiece con la dentición, pero no ahora) y como las tetinas de los biberones, simétricos y sin sofisticaciones. Normales y corrientes. Los estamos esterilizando como los biberones, mientras lo hagamos con una cosa, lo haremos con la otra. 
Y el único inconveniente es que cuando se está quedando dormido y se le cae, llora para pedirlo. Y por la noche puede ser un verdadero rollo levantarse a ponerle el chupete 50 veces.... Los primeros días nos funcionaba ponerle el osito de peluche contra el chupete, así no se le caía. Pero ha aprendido a girar la cara y ahora ni con un peluche, ni con un cojín ni con nada. Tenemos que inventar algún mecanismo para ese ratito en que se le cae y protesta. Cuando lo encuentre os lo cuento.

Actualización: No hay truco mágico, a veces se le puede sujetar con un peluche porque no se mueve. Si no, le ignoramos un rato para que no esté con la juerga de escupir el chupete y llamarnos cada dos por tres. Si le dejamos quejarse un rato, se va alargando el pedirlo y la verdad, en tres veces se duerme.  Y cuando está dormido profundamente, se le cae el chupete y no lo necesita, sólo le viene bien para conciliar el sueño.

viernes, 8 de abril de 2011

Llantos

Ahora que ya conocemos a Mario de un mes..... se nos da mejor adivinar lo que le pasa cuando llora. Aunque parezca mentira, observando, escuchando y haciendo todo tipo de pruebas, se le coge el tranquillo. Y además el pobrecito te da pistas, aunque al principio los padres primerizos no las sepamos interpretar.
Aunque ahora yo no le pasa, el momento en el que ha llorado siempre durante el primer mes ha sido el del cambio de pañal: desde que se quedaba con el culo al aire hasta que se lo volvías a tapar. O sea, ocho ataques de llanto de 1 minuto (porque somos los más rápidos cambiando pañales ahora mismo) cada día.
Quitando este momento (y el del baño, también estas primeras semanas, otro día os cuento), Mario sólo llora cuando le pasa algo.
Los motivos suelen ser estos:
  • Frío o calor: Esto se identifica rápido, porque se le nota en la temperatura corporal, y además si tiene frío se encoge y se mete dentro de las sábanas del todo, y si tiene calor, se desarropa y está coloradito. Este llanto es más unos quejidos, que un llanto.
  • Se ha hecho caca: Nos ha salido un niño muy limpio, cuando termina nos pega un gritito para avisarnos y que le cambiemos. Esto también se comprueba fácil!!! Mejor no os digo cómo...
  • Se aburre: Mario pasa muchas horas del día despierto y a veces se aburre él solo en su cunita. Tampoco es llanto del de verdad, son quejidos y llamadas de atención. Es fácil, alrededor de 30 minutos en la misma postura, o con los mismos juguetes o actividad y se cansa. O si no le estás prestando suficiente atención.
  • Le dejamos solo en el dormitorio para que duerma al principio de la noche (alrededor de las 20.00): Como esto pasa siempre en el mismo momento, también sabemos por qué llora. Los días que está muy cansado, se duerme en seguida. Pero si no le apetece dormir en cuanto le acuestas, cuando lleva un rato solo, se enfada y empieza a protestar. Algunos días con ir a verle y ponerle el chupete, se duerme. Pero otros, ha montado el pollo. Y se nota lo que es, porque se enfada. Llora como gritando, se pone muy rojo, a veces no respira (y nos pega un susto, pero basta con soplarle en la cara para que coja aire otra vez) y aprieta mucho los ojitos, cerrándolos. En esta situación, cada padre tiene que decidir cómo actuar, nosotros somos del tipo "duro" y no nos rendimos, le dejamos allí hasta que se duerme pero claro, no le dejamos llorando como un histérico solito. Vamos cada x minutos a verle y a tranquilizarle. Pero sin sacarle de la cuna ni cogerle!!! Que saben latín.
  • Tiene hambre: Este llanto es muy característico, Mario hace como toses, es un llanto sequito y también pone cara de enfado si ve que no le das de comer. Cuando le acercas algo a la boca, se vuelve loquito. Y por las horas, también es fácil saber lo que le pasa.
  • Le duele algo: Este llanto es el peor, llora muy desesperado, no para en mucho rato, aunque le cojas sigue llorando, te mira con ojos tristes, etc. El 99% de las veces es la tripita (cólico, gases, reflujo) y se nota mucho lo que le pasa, lo difícil a veces es arreglarlo (ya os voy contando en otras entradas). Pero por si acaso, le tocamos por si tiene fiebre, cerca de las orejitas por si le duelen los oídos, y en general por todas partes por si fuera otra cosa.
Una cosa: cuando tu hijo llora, se te hace eterno: 5 minutos de llanto te parecen 1 hora. Pero calma, hay que pensar que es su manera de decirte que le pasa algo. Y lo importante es que no nos noten nerviosos e intentar estar ahí para ellos y para solucionar lo que sea. Se dice fácil, pero bueno, yo me lo repito siempre que llora...

jueves, 7 de abril de 2011

Primeros problemas de tripita: reflujos

Las tres primeras semanas, Mario lo ha pasado un poco mal con los reflujos. Y nosotros con él, claro. Después de las tomas suele estar un buen rato en el que se le viene la leche a la boca, en algunos casos pone cara de asco y la vuelve a tragar, en otros casos la echa. A veces a poquitos, como un hilito por la comisura de los labios, en otros casos como una bocanada. Esto es lo peor, porque se suele atragantar y le asusta mucho.
Es normal, pero muy molesto para él, pobrecito, y a veces echa casi las tomas completas. Les tiene que madurar el estómago, la leche no es un alimento precisamente fácil de digerir, los primeros días la progresión en las cantidades es muy rápida,...
Hay algunos trucos que nos han funcionado bien, y alrededor de las 3 ó 4 semanas ya casi se le ha pasado:
  • Las tomas las hacemos con él muy sentadito, no le cogemos tumbado, sino que le ponemos un brazo por la espalda para que esté lo más estirado y vertical posible.
  • Nunca le insistimos con las cantidades, si se planta y no quiere más, pues ya comerá en la siguiente toma.
  • Es muy importante que eche bien los gases. Seguimos con la postura del principio (sentadito de perfil y cogiéndole la carita por debajo) y con las dos típicas (boca abajo sobre una mano puesta en el estómago y cogido con el estómago sobre nuestro hombro mirando hacia atrás). Pero nunca le damos golpecitos, le frotamos la espalda, sobre todo por el lado izquierdo (donde está el estómago).
  • Después de cada toma le dejamos unos 10 minutos reposando a 45 grados. Lo ponemos en el sofá con un cojín.
  • Le hemos elevado un poco la zona de la cabeza en la cuna para que no esté completamente horizontal poniendo unas toallas debajo del colchón por la zona de la "almohada".
  • Siempre duerme de lado (alternando derecha e izquierda en cada toma) para no atragantarse. Le ponemos una toalla enrollada detrás de la espalda para que esté más cómodo y no vuelque. Hay unos rulitos especiales para esto, pero con la toalla va bien. Y el dudú, no se por qué, le viene bien, suele esatr mejor cuando se lo ponemos.

miércoles, 6 de abril de 2011

Nada de hacer planes

La verdad es que me estoy centrando en contar las cosas prácticas del día a día y no os cuento mucho de cómo van las cosas en general.
Quizás lo que más cambia cuando te traes al niño a casa (obviamente, más allá de la felicidad de estar por fin todos juntos y de cosas más prosaicas como no dormir, etc) es que se acabaron los planes.
Por mucho que intentes que haya una rutina, con un bebé en casa, no sabes cuándo vas a comer, cuándo vas a darte una ducha, cuándo vas a dormir, etc. Y si esto pasa con cosas tan elementales, pues imaginaos dar un paseo, ir a ver a los abuelos u otras aventuras por el estilo.
Según pasan los días, todo mejora, tú te encuentras mejor, aprendes muchas cosas acerca de tu hijo que te ayudan a que se sienta bien, vas cogiendo el truco y todo lo haces más rápido (entre toma  y toma al principio no te cunde el tiempo, pero eso mejora). Pero aún así, sólo hay una cosa que se cumple todos los días: dormirá cuando le toque comer, querrá comer cuando tendría que estar durmiendo, se hará caca justo cuando salías por la puerta para aprovechar unos rayitos de sol y dar un paseo...
Así que hay que tomarse las cosas con mucha filosofía  y paciencia, adaptarse al nuevo ritmo e intentar que él se vaya regulando poco a poco. Pero sin hacer planes. Nunca!

martes, 5 de abril de 2011

Tu niño está amarillo

Qué manía!! Desde que Mario nació todo el mundo nos está metiendo miedo con que está un poco amarillento y que tiene que tomar vitamina D. Ya sabemos que le tiene que dar luz, y tenemos la cuna al lado de la ventana durante todo el día además de salir casi todos los días a dar un paseo de entre 30 minutos y 1 hora. Pero claro, si está siempre nublado y no para de llover, poco podemos hacer, es lo que tiene nacer en invierno...
La verdad es que nosotros no le vemos amarillo, de hecho, tiene un color precioso, pero será amor de padres. Al final la pediatra nos ha mandado vitamina D, no por el color, sino porque Mario está creciendo mucho y nos ha dicho que es importante que fije bien el calcio. La hemos comprado, se la hemos dado un par de días, y la hemos dejado. No es algo que vaya a hacer muy frecuentemente, ignorar al médico, pero en este caso, creo que hacemos bien. Mario no está amarillo, le da toda le luz que la puede dar en este época del año, el tiempo mejorará en unas semanas y será más fácil que le de más luz todavía, y ha coincidido que estos dos días ha hecho mucha más caca y con muy mala pinta. Como le vemos muy sanote, de momento lo posponemos.

lunes, 4 de abril de 2011

Alimentación en las semanas 3 y 4

Las rutinas de Mario han seguido siendo las mismas: come cada 3 hoas durante el día y cada 4 horas durante la noche. Ya se está regulando y suele despertarse o pedir más o menos cuando le toca.
Lo que sí han cambiado son las cantidades, en la semana 3 ha estado comiendo biberones de 90/100 ml y en la tercera semana de 100/110 ml.
Ahora que ya ha cumplido un mes, le hemos empezado a preparar todos los biberones de 120 ml, aunque muchas veces no se los termina porque Mario es un poco irregular con las tomas, a veces es muy tragón y a veces parece que pasa con la comida. Como es tan curiosos y tan inquieto, suele depender de si tiene algo mejor que hacer.... Aunque la verdad es que suele tener mucho que ver con cómo tenga la tripilla ese día y con cómo haya dormido, que suele ir todo muy relacionado.

domingo, 3 de abril de 2011

Visitas al médico

De momento estas son las que hemos hecho:
  • Cuando Mario tenía una semana, fuimos a ver a la enfermera de pediatría. Le hizo la segunda prueba del talón para las enfermedades metabólicas y le controló peso, talla y perímetro craneal. También nos dio algunas pautas para la alimentación y nos resolvió alguans dudas que nos habían surgido los primeros días.
  • A las dos semanas de nacer fuimos a la pediatra. Le volvió a controlar peso, talla y perímetro craneal; le auscultó y le hizo una revisión general. Además, vimos los resultados de las priebas metabólicas y de las de oído que le hicieron de recién nacido en el hospital. Y nos mandó unas ecografías porque el parto fue muy complicado y querían ver que todo estaba bien.
  • Al mes hemos vuelto al pediatra. Le han vuelto a hacer la revisión general y hemos visto los resultados de las ecografías.
Y si no pasa nada, volveremos cuando Mario tenga dos meses, que además nos darán el volante para las vacunas de los dos meses. En este tiempo tenemos que decidir si ponerle la vacuna del rotavirus, nos han dado información para que lo pensemos, ya que esta vacuna está recomendada pero no es obligatoria según el calendario de vacunaciones de la Comunidad de Madrid. Sería a la vez que las otras, pero es oral y la tendríamos que llevar comprada. Buscaremos más información, pero en principio, por lo que nos dice la pediatra, mejor ponérsela. Más vale prevenir que curar.

viernes, 1 de abril de 2011

Bendito dudú

Cuando vinimos a casa del hospital estuvimos algo preocupados los primeros días porque Mario no conseguía conciliar el sueño, y si lo hacía, era un sueño muy ligero y se despertaba rápidamente con carita de angustia. Observándole, nos parecía que se asustaba, porque las caras que ponía eran de miedo. A veces se desperataba abriendo los brazos y las piernas, como si soñara que se caía. Otras veces ni siquiera se dormía porque empezaba a mover descontroladamente los brazos y las piernas y se asustaba con sus propias manos.
Menos mal que nos acordamos de que en los cursos de pre-parto Susana nos había hablado del dudú o envoltorio.
Este primer mes se lo hemos estado haciendo en todas las tomas y ha funcionado perfectamente desde el principio. Evitando los movimientos incontrolados, se queda tranquilito hasta que se duerme, y cuando lo hace, se duerme profundamente y sin sustos. Además, asocia la envoltura con el momento de dormir, y viene muy bien para establecer las rutinas y para que diferencie los distintos momentos del día.
Una vez que hemos visto que Mario estaba más tranquilo y que ya no le hace falta dormir tanto, lo hemos dejado para la siesta de después de comer y para las noches, y sigue funcionando de maravilla.
No hace falta comprar ninguna tela especial, basta con una sabana de algodón doblada por la mitad para hacer el triángulo.Y debajo del dudú, le dejamos sólo con el body. Una última cosa: no tengáis miedo de apretarlo un poquito, si lo dejáis muy suelto porque os da pena, en seguida aprenden a escaparse y no sirve de nada (la idea es que no puedan moverse aunque así dicho suene un poco mal...). Para nosotros ha sido la salvación y para él, un descanso poder dormir tan bien.

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