Cuando vinimos a casa del hospital estuvimos algo preocupados los primeros días porque Mario no conseguía conciliar el sueño, y si lo hacía, era un sueño muy ligero y se despertaba rápidamente con carita de angustia. Observándole, nos parecía que se asustaba, porque las caras que ponía eran de miedo. A veces se desperataba abriendo los brazos y las piernas, como si soñara que se caía. Otras veces ni siquiera se dormía porque empezaba a mover descontroladamente los brazos y las piernas y se asustaba con sus propias manos.
Menos mal que nos acordamos de que en los cursos de pre-parto Susana nos había hablado del dudú o envoltorio.
Este primer mes se lo hemos estado haciendo en todas las tomas y ha funcionado perfectamente desde el principio. Evitando los movimientos incontrolados, se queda tranquilito hasta que se duerme, y cuando lo hace, se duerme profundamente y sin sustos. Además, asocia la envoltura con el momento de dormir, y viene muy bien para establecer las rutinas y para que diferencie los distintos momentos del día.
Una vez que hemos visto que Mario estaba más tranquilo y que ya no le hace falta dormir tanto, lo hemos dejado para la siesta de después de comer y para las noches, y sigue funcionando de maravilla.
No hace falta comprar ninguna tela especial, basta con una sabana de algodón doblada por la mitad para hacer el triángulo.Y debajo del dudú, le dejamos sólo con el body. Una última cosa: no tengáis miedo de apretarlo un poquito, si lo dejáis muy suelto porque os da pena, en seguida aprenden a escaparse y no sirve de nada (la idea es que no puedan moverse aunque así dicho suene un poco mal...). Para nosotros ha sido la salvación y para él, un descanso poder dormir tan bien.
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