Cuando Mario iba a nacer compramos dos tipos de pañales: los caros (Dodot) y los baratos (de marca blanca). Los califico así porque los primeros cuestan casi el doble que los segundos. Y cuando trajimos a Mario a casa, probamos. Y decidimos no ahorrar en pañales. ¿Por qué? Pues porque se nota mucho la diferencia, no es por ahcer propaganda, pero la verdad, es que los de Dodot son mucho más suaves, agradables y blanditos, se adaptan mejor al cuerpo del niño, absorben mucho más, etc. Ni punto de comparación. Así que en esto, nos hemos resignado, es un presupuesto, pero nos compensa. No tiene rozaduras por ningún sitio, nunca está mojadito ni se le ha "escapado" nada, transpira. Además con los Dodot nos podemos permitir saltarnos algún cambio en las tomas nocturnas para no espabilar a Mario, con los otros sería imposible, habría que cambiarle el pañal siempre.
Hasta las 6 semanas más o menos hemos usado los Sensitive (la talla 1). Al principio le doblábamos el pañal por delante para que se le aireara el cordón, luego ya se lo pudimos poner bien.
Luego hemos pasado los de talla 2 (estos paquetes ya traen más pañales y se nota el ahorro, los de talla 1 son los que salen más caros y además los primeros días se gastan más pañales), y por el ritmo que lleva Mario con el peso, no tardaremos mucho en pasar a los de talla 3, que hemos visto que ya no son Sensitive, son Activity o Etapas.
No conviene que el pañal quede grande porque se sale todo, pero tampoco que le quede ajustado, obviamente, porque el peque está incómodo y es más fácil que el pañal le haga rozadura por algún sitio. Así que lo mejor es quedarse más o menos en el centro de las horquillas de peso.
Y una última cosa acerca del tema: nosotros tiramos directamente los pañales a la basura, pero eso sí, la basura hay que sacarla todos los días, porque si no el tufillo asusta.
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