Mario lleva un mes en el "cole de mayores" y quería esperar un poco antes de comentar nada por aquí por si había cambios. Como parece que las cosas no cambian, ya me atrevo y os cuento. Está eufórico.
Este verano se acordaba de vez en cuando de que a la vuelta de las vacaciones cambiaba de la guarde al cole y preguntaba. Sabía qué cole era porque le habíamos llevado una vez para que lo viera por fuera. Cuando se fue acercando la fecha, empezó a pedirme que jugáramos al cole. Así que varios días yo hacía de profe y montábamos una clase en el salón, con él y un montón de muñecos de alumnos. Hacíamos una asamblea, pitábamos, cantábamos, hacíamos gimnasia. A Mario le gustan los cambios pero avisado de ellos, necesita hacerse a la idea, yo creo que jugando se fue "preparando". Y nos los pasamos genial.
El día que fuimos a la reunión de padres (tres días antes de empezar el curso) ya supimos quién era su profe y se lo contamos todo sobre ella. Y por fin llegó el primer día. Obviamente de la emoción se levantó super temprano. Como tenía una semana de adaptación, eso supuso tenerle toda la mañana preguntando cuándo nos íbamos, ya que a él le tocaba en el último turno. Se le hizo eterno al pobre. Entró muy contento y salió muy contento. De hecho quería volver por la tarde porque se le había pasado muy rápido. La semana de adaptación fue un caos, cada día un horario diferente, cada día nuevos niños. El pobre se pensaba que era así la cosa. Pero todos los días entró contento y salió contento. Pensé que le iba a impresionar si veía a otros niños tristes o llorando, porque suele ser muy sensible, pero se lo habíamos explicado y parece que lo entendió. Así que se ponía el primero de la fila todos los días y si veía a alguno muy mal, le pasaba el brazo por encima del hombro y se ponía en plan padrecito.
El fin de semana se enfadó con nosotros porque no le llevábamos!! Se le pasó un poco cuando le dejamos elegir un cojín, un vaso y el resto de cosas que nos habían pedido que lleváramos.
La semana siguiente, ya con horario completo (de jornada intensiva, eso sí) y con comedor. Todo genial y Mario encantando (aunque el comedor le impresionó un poco los primeros días). Y el último cambio ha sido al comenzar el mes de Octubre, ya sin jornada intensiva vuelven a clase después de comer. Y Mario encantado, incluso se tumba cuando ponen a los demás a dormir siesta y se queda tranquilo (yo creo que algún día ha echado una cabezada aunque él dice que no cierra los ojos, porque llevaba un par de años sin dormir siesta). Está feliz con el cole, sus profes y sus amigos.
Como resumen de este mes. Cosas positivas: le encanta su profe, su clase, el cole, se ha hecho amigo de todos los niños y se sabe los nombres y las peculiaridades de todos, disfruta con todas las actividades que hacen (de los juegos pero también inglés, la psicomotricidad y la informática, que le encanta), come bien, se lo pasa bomba. Y aprende un montón, porque en un mes le hemos notado cambios, está muy mayor.... Cosas negativas: la euforia tiene sus dos vertientes y muchos días ha acabado tan agotado que la última parte de la tarde se le ha hecho eterna. Cuando se pone así, o llora por todo, o no atiende a razones y nos reta o hace el bruto, o duerme muy inquieto y no descansa. En general, está muuuuuuy intenso. Pero bueno, se levanta más temprano que antes y lo da todo de 9 a 16, con todo tipo de estímulos nuevos, así que hay que dejarle tiempo para que pille el ritmillo y se acostumbre a la nueva rutina.
En general, ha ido todo tan bien que ni nos lo creemos. Que siga así por mucho tiempo!
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