Hoy hemos preparado un bizcocho que Mario pueda probar. Últimamente se enfada siempre que comemos y no le damos nada a él, así que hemos decidido preparar, siempre que tengamos tiempo, dulces caseros de los que podamos ofrecerle, porque la envidia suele llegar a su momento álgido con nuestra merienda. Solemos hacerla cuando ya hemos terminado los dos de trabajar y hace un buen rato que el gordito ha merendado, por lo que no se acuerda (o se hace el tonto y nos llora como si le estuviéramos matando de hambre) y nos la lía parda. Antes bastaba con darle su vasito de agua para que bebiera un poco, o con ofrecerle una galleta, pero ahora hay días que se empeña en comer lo mismo que nosotros.
Os dejo la receta: un yogur natural, un vasito de yogur de aceite de oliva (se usa como medida), dos vasitos de harina, dos vasitos de azúcar, una cuchara de postre de levadura, ralladura de una naranja, zumo de una naranja, dos zanahorias ralladas. Y entre 30 y 50 minutos de horno (dependiendo de la temperatura, en esta casa no le tengo pillado todavía el truco al horno para los bizcochos porque es mucho más suave que el antiguo).
Ha sido todo un éxito, se come sólo unas migajas porque con sus cuatro dientes sólo puede chupetearlo, pero luego se chupa los dedos un buen rato más..... Así que como su cumpleaños es pronto, haremos algo parecido para que pueda soplar la velita.
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