Últimamente Mario se pone pesado en algunas comidas, y nos hemos dado cuenta de que no es que no tenga hambre, es que para variar, parar de jugar y de hacer cosas le aburre y le parece perder el tiempo. Además, como no le dejamos meter mano, pues se enfada.
Así que hemos empezado a poner en práctica todo tipo de tácticas de entretenimiento (las canciones ya no valen, se aburre enseguida) para que la comida se le haga más amena.
Le hemos enganchado su mesita en la trona y lo que mejor funciona es ponerle vaso, plato y cubiertos, aunque sea sin comida, para que él vaya imitando los movimientos, nos dé comida imaginaria a nosotros, etc. Luego en cada comida se le ocurre algo diferente: meter la manita en el vaso de agua (el de verdad) y entretenerse mojándose, jugar con la servilleta de papel y romperla en mil trozos, etc.
En algunas comidas, cuando tenemos todo el tiempo del mundo, le dejamos pringarse, intentar comer él y que experimente. Claro, es lo que más le gusta, pero no siempre podemos hacerlo. Pero bueno, todo lo demás también va funcionando y parece que sigue comiendo de buen humor casi siempre.
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