Los dos primeros veranos de su vida Mario ha disfrutado mucho de la piscina, que por suerte, tenemos en la urbanización. De hecho, ha disfrutado mucho de las dos, de la pequeña jugando en el bordillo y metido dentro de pie, y de la grande, siempre en nuestros brazos y flotando y jugando.
Habíamos probado un par de flotadores, pero ninguno le convenció, así que siempre se metía con nosotros. Este año, llegó el verano, y el agua no le hizo ninguna gracia. Al principio consentía en meterse en la pequeña, pero con mucha precaución (nada que ver con el año pasado, que se nos tiró de cabeza un par de veces y tuvimos que ir nosotros detrás a sacarle). Cuando nos íbamos a bañar a la grande, claro, se metía con nosotros porque nos bañábamos los dos a la vez (casualmente....), pero todo el rato decía "No quiere, no quiere, no quiere".
Poco a poco siguió con la cantinela, pero empezando a disfrutar, jugando y alargando los baños. En la pequeña comenzó a caminar, a sentarse, a salpicar. Y en la grande a no parar de reír. Y le compramos estos manguitos en Decathlon, que al principio no quería ponerse. Él eligió los amarillos.
No le comparamos normalmente con otros niños, no es una cosa que me parezca demasiado buena, pero empezamos a señalarle todos los niños que llevaban manguitos en la piscina y a contarle todo lo que hacían. Al final un día dijo que se los quería poner (en casa). Dicho y hecho, antes de que se arrepintiera, se los pusimos y tal cual le bajamos al agua. Le encantó (fuimos con mucho cuidado para que cogiera confianza) y primero de nuestra mano y poco a poco él solito, ahora está hecho un pez. Ya mueve brazos y piernas aunque todavía avanza poco. No le gusta mucho sumergirse, aunque casi todos los días una o dos veces nos metemos debajo del agua. Y como siempre, lo más complicado, que se ponga boca arriba, que no le gusta nada.
Lo gracioso es que ya le hemos pillado un par de veces en la bañera probando las cosas que no le gustan mucho en la piscina, es decir, poniéndose boca arriba y metiendo la cabeza debajo del agua. Yo creo que prefiere aprender en un entorno controlado y luego ya hacerlo en la piscina.
Lo importante de este verano es que disfrute, que no se pegue ningún susto gordo, que vea el agua como una manera de divertirse y que aprenda lo básico. Ahora estamos con cerrar la boca (para que no se trague media piscina con las risas) y desinflándole los manguitos poco a poco para que aprenda a flotar sin tanta ayuda. De hecho algún día hemos bajado con un churro y con un corcho, sin manguitos, y no se le da nada mal. Lo dicho, poco a poco.
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