En cuestión de un par de días Mario ha perfeccionado tanto su técnica para reptar que puede plantarse donde le da la gana en unos segundos. Además, ya casi gatea, se sienta y se tumba sólo, ha aprendido a encender y apagar la lámpara del salón y a abrir cajones, lo coge todo (y se lo lleva a la boca para chuparlo entero si no estás rápido), se incorpora completamente en la hamaquita, se pone de pie en la cuna agarrándose a los barrotes,... Madre mía, nos faltan ojos y manos. Pero se pone tan contento con cada logro, que da gusto verle, cuando consigue algo difícil nos llama a grititos para que le miremos y tenemos que hacer un esfuerzo para no partirnos de risa. Todo el día "caca" y "pupa", porque lo que más le gusta es justo lo que no puede hacer claro. A ver si tenemos un rato y vamos poniendo artilugios para protegerle (enchufes, cajones y puertas, cosas tóxicas, etc).
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