Desde este verano esta es una de las mayores distracciones para Mario. Empezamos por un libro que tiene 9 fotografías por página y debajo de cada una de ellas, escrito el nombre. Cada página tiene un tema: los colores, el cuerpo humano, los animales, etc. En total son 100 fotografías/palabras diferentes.
Hace unos meses a Mario le encantaba sentarse con nosotros, nos iba señalando y le íbamos explicando cada foto y diciéndole cada palabra. Aunque lo primero que aprendimos fueron los ruidos de los animales y de los medios de transporte.
Luego cambiamos la forma de ver el libro, y lo que le gustaba es que le dijéramos la palabra para buscarla él y señalarla (y celebrarlo cuando acertaba, claro).
Cuando ya se las sabía casi todas, le regalamos uno con 1000 fotografías/palabras, también por temas, pero más gordito y con muchas más imágenes por página, mucho más desordenadas. Le encanta, y va con él a todas partes, no se cansa de mirarlo y de encontrar cosas nuevas. Poco a poco el juego a vuelto a cambiar, y ahora le gusta ir señalando y diciendo él la palabra.
El truco es buscar libros donde las imágenes y palabras sean reconocibles para él, en algunos libros se muestran objetos supuestamente cotidianos que no son familiares para él y no le dicen nada (pasa a veces con libros de autores extranjeros, que lo que se muestra en las fotos no es igual que lo que solemos usar, vestir o comer aquí). Pero cuando va reconociendo las cosas, en el libro y en la vida real, le encanta. A veces ve algo en casa o en la TV y sale corriendo para enseñarnos la foto del libro.
La última novedad es que el libro con más palabras tiene dedicadas dos páginas a las letras y a Mario le han empezado a llamar la atención, ya sabe de cuando pintamos que las letras forman las palabras y se pueden escribir cosas. Hemos empezado a aprender las vocales, la M de Mario y la P de papá. Y va flechado!!
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