Este año nos temíamos un poco la vuelta al cole después del verano tan estupendo que hemos pasado todos juntos. Como Mario empezaba un lunes, el sábado empezamos a hablarle de la vuelta a las clases, de sus amigos, de sus profes, etc. No queríamos anticipárselo mucho porque todavía no tiene noción del tiempo, pero tampoco nos pareció bien hacerlo a traición, así que dos días parecía un término medio.
Preparamos la mochila juntos, el uniforme, etc; y sólo hubo un momento de crisis el domingo por la tarde, que no quería subir de la piscina y lloraba desconsoladamente. Pero comprendimos que era porque pensaba que al empezar el cole, se acababa la piscina y la gente a la que hemos estado viendo todo el verano. Una vez que le explicamos que empezaba el cole, pero que no se acababa lo demás, se tranquilizó.
Y desde el primer día, todo ha ido sobre ruedas. Es el último año de guardería, así que ahora es de los mayores. Sigue con sus compañeros de estos años, la profe que le ha tocado le encanta, está comiendo bien, no duerme la siesta con los demás pero ese rato lo aprovecha para charlar con todo el mundo y para jugar por su cuenta, mientras dure el buen tiempo siguen saliendo al parque todos los días, se ha adaptado rápido a los horarios porque no los habíamos cambiado mucho en verano. Y está encantado, un poquito cansado (por las tardes en casa intenta recuperar todo el tiempo perdido y hacer lo que en verano hacíamos en un día entero....) pero feliz e ilusionado. Eso sí, igual que el curso pasado, el cambio de comida a casera a comida de cole le ha supuesto unos días de gases, dolor de tripa y cacas raras. Ha sido lo único en lo que hemos notado realmente un proceso de adaptación.
De hecho la semana pasado se puso malo (primera laringitis del curso, ha sido una semana exacta de cole y vuelta a lo mismo, menos mal que habíamos empezado con la homeopatía unas semanas antes y ha sido muy leve) y los dos días que no pudo ir refunfuñaba. Así da gusto, es bonita la sensación de todo el curso por delante una vez que estamos tranquilos.
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