Notamos a Mario muy mayor, y la verdad es que si lo pensamos bien, probablemente en pocos momentos de su vida va a tener tantas primeras veces como ha tenido este verano.
Las primeras veces en la playa, en las piedras cogiendo cangrejos, haciendo rutas por el campo y viendo todo tipo de animales al natural, los primeros largos en la piscina (con manguitos pero muy desinflados), el primer baño en un río, la primera pandilla de verano, los primeros helados, las primeras veces cocinando, las primeras veces montando en triciclo, la primera película de dibujos animados entera (Blancanieves y los siete enanitos, un clásico), las primeras conversaciones con sentido, la primera colección de cromos, las primeras obras de arte con plastilina y temperas, las primeras noches en una cama. ¿Cómo no le vamos a notar cambiado?
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