Al final hemos conseguido que Mario esté en casa casi dos meses este verano, y me parecía mucho tiempo "sin hacer nada de provecho", así que le compramos dos cuadernos de actividades para las vacaciones, los dos de Peppa Pig, uno para dos años y otro para tres años. La verdad es que se parecen mucho todos, pero me pareció que le iba a hacer gracia el tipo de dibujos que tenía. Por cierto, el otro día la vimos por la tele y Mario flipó porque nunca había visto los dibujos animados, así que le pareció magia.
Los días que estábamos los dos en casa y que no había ningún plan, nos poníamos un rato después de hacer la casa y la comida, y antes de bajar a la piscina. El de dos años lo hicimos en Julio entero, el de tres años en Agosto dejando alguna cosilla que todavía no puede hacer (como recortar o dibujar cosas desde cero). Otros días hemos ido por libre, pero ayuda tener propuestas y no tener que imaginar cosas nuevas cada día.
La verdad es que lo hemos pasado muy bien, aprovechando para contar historias con la actividad de cada página y para aprender cosas nuevas. Por ejemplo, hemos aprendido arriba-abajo, dentro-fuera, abierto-cerrado (y no sé si cerca-lejos, porque con esto yo creo que me toma el pelo...). También hemos mejorado coloreando, hemos aprendido a unir puntos y a hacer líneas más-o-menos-rectas, somos unos máquinas pegando pegatinas de todos los tipos y parece que nos hemos motivado con las formas y los números, que hasta el momento no nos interesaban nada de nada.
Mario me ha pedido Pepa cada día que hemos estado en casa (de hecho me propuse sólo hacerlo los días que lo pidiera, porque si no es imposible) y con esos pocos minutos cada día, he notado que ha aprendido cositas disfrutando, así que probablemente el verano que viene repitamos.
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