martes, 1 de marzo de 2011

Las primeras 48 horas (I)

Para nosotros estas primeras 48 horas han sido en el hospital. Mario ha nacido por parto natural un lunes a las 13.30 y nos han dado el alta el miércoles al mediodía porque los dos estábamos bien (él mejor que yo, porque el parto fue muy complicado después de un embarazo también un poco complicado, pero esto es otra historia).
La verdad es que no veíamos el momento de irnos a casa, el hospital es una locura y no se está nada bien, pero bueno, hay que tener paciencia.
Os cuento todo cómo ha ido todo, más bien lo cuenta mi marido, porque yo me he encontrado tan mal, que se ha tenido que encargar casi de todo, yo más bien he mirado...
Nada más subir del paritorio a la habitación hemos intentado que Mario comiera de mi pecho por primera vez. Y la verdad es que con un poco de cariño y de paciencia, en 5 minutos ya había aprendido.
Lo hemos hecho como nos enseñaron los cursos de pre-parto, el niño y yo tumbados de lado en la cama porque estábamos muy cansados. Su papá le ha empujado un poquito contra mi pecho y yo le he ofrecido el pezón con los dedos en forma de "C". En seguida se ha puesto a succionar, pero el pobre se ha cansado en seguida y hemos tenido que darle un descando antes de pasar al otro pecho.
El primer día hemos seguido con esta postura, el segundo día, que yo ya me podía sentar, lo hemos hecho conmigo sentada y Mario en mis brazos, y todo ha ido bien también.
Truquillos:
  • Nos han dicho que tiene que estar más o menos 15 minutos en cada pecho, pero se duerme mucho antes. Le cambiamos el pañal entre un pecho y otro para espabilarle un poco. Cuando está con un pecho, le tocamos los pies y la carita, le hablamos, hacemos un poco de ruido. Y sobre todo, le tenemos medio desvestido, porque si no nota un poco de fresco no hay manera. Aún así en alguna toma no ha durado más de 10 minutos en cada pecho (sobre todo le cuesta el segundo, que ya está agotado).
  • Le hemos sacado los gases después de un pecho y del otro. Para Mario lo que mejor ha funcionado al principio es sentarle con las piernecitas colgando en una de nuestras piernas, de perfil. Y sujetarle la carita por debajo, estirando un poco su boquita como si quisiéramos que sonriera. Si al mismo tiempo tiramos un poco de él hacia arriba, se queda estiradito y le frotamos la espalda o le damos unos golpecitos con la otra mano. Frotar un poco el costado izquierdo es infalible.
Estos dos primeros días estaba muy cansado, así que ha habido que despertarle para comer. Cada tres horas, religiosamente, porque nació un poco bajo de azúcar después de un parto muy largo.
El segundo día he empezado con problemas de salud y necesitaba descansar, así que para poder saltarme alguna toma, nos han dado las enfermeras unos mini-biberones de leche materna que se toman en frío y que le han gustado mucho. Ellas nos han marcado lo que el niño tenía que comer. Aunque nos han dicho que el primer día son más o menos 10 ml en cada toma, y el segundo día unos 20 ml en cada toma.
Mario ha estado todo el tiempo durmiendo entre toma y toma, sólo ha estado despierto para las comidas o cuando había que hacerle algo. Y ha llorado muy poquito, sólo cuando le han hecho alguna perrería o cuando se ha hecho caca.
El meconio (esa caca negra de las primeras horas que viene de sus últimas comidas de líquido amniótico) es asqueroso. Parece alquitrán, es muy oscuro y pegajoso. Así que en cuanto lo suelta, se pone a llorar para que le cambiemos, debe estar muy incómodo. Se quita bien con un par de toallitas y con una esponjita y agua caliente. El problema es que lo peor que le puedes hacer a Mario estas primeras horas es dejarle sin pañal..... Se pone hecho una furia! Ni que lo llevara de toda la vida. Así que está llorando desde que hace caca hasta que está con su pañal limpio otra vez. Lo que hace que en unos cuatro cambios, seamos unos maestros en quitar pañal-limpiar-poner pañal en cuestión de segundos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas relacionadas