lunes, 26 de noviembre de 2012

Mocos de niño mayor

Hasta Mayo más o menos Mario no se libraba de los lavados con suero fisiológico, uno o dos al día (recién levantado y antes del baño) dependiendo de los mocos que tuviera. Nos es que los lavados le hicieran mucha ilusión, pero estaban tan introducidos en nuestra rutina, que casi se metía él el suero por la naricilla...
Pero con el buen tiempo los mocos desaparecieron y nos dejaron descansar todo el verano. A los dos días de volver a la guardería en Septiembre, las velas volvieron a aparecer.
Nos daba pena volver a los lavados, y como está tan mayor para todo, empezamos a enseñarle a soplar para poder sonarle. Cuando los mocos son más bien líquidos, ya le sonamos bastante bien. Cuando son más secos, utilizamos un bastoncillo como herramienta. 
Lo mejor es que cuando se nota mocos, viene y nos señala la nariz para que se la limpiemos, y tanto de una manera como de otra, se suele dejar bastante bien (como siempre, porque desde el principio todo han sido fiesta y celebraciones para que lo hiciera de buen talante). Así que los lavados casi no nos han hecho falta. También claro, porque estamos utilizando el Euphorbium dentro de nuestro plan de prevención homeopático, y de momento parece que los "chuflazos" (que hacen que a Mario le de la risa y que nos pide siempre a su hora si se nos olvidan) están ayudando a que su nariz ande más despejada.

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