Mario tiene sentido del humor desde muy pequeño, comenzó muy pronto a disfrutar de los sustos, del escondite, de hacer como que te da algo para quitártelo en el último momento, del pilla-pilla. Se parte con todo y en general, es muy bromista.
Pero en las últimas semanas lo que le está saliendo es la picardía. Ha empezado a controlar las lágrimas de cocodrilo cuando nos quiere sacar algo. Es como si le diera al grifo, se pone a llorar y en cuanto lo consigue o constata que no hay nada que hacer, cierra el grifo y a otra cosa, en un segundo.
También hemos notado que si uno de los dos no le da lo que quiere, prueba a camelar al otro. O que si uno de los dos le regaña, va a lloriquearle al otro para que le consuele. Y luego se recochinea en plan "mira, me trata mejor que tú". No tiene ninguna sutileza y nos hace mucha gracia que empiece con ese tipo de maniobras. Y de hecho a veces se da cuenta de que le pillamos y él mismo se ríe y te hace una carantoña como para que le perdones. Qué curioso que las cosas evolucionen a veces tan deprisa, ha aprendido latín en unos días...
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