Bueno, después de las primeas dosis de antibiótico y estando en casita bien cuidado, parece que Mario se está curando rápido, menos mal.
El entretenimiento por excelencia de estos días han sido los bloques de plástico tipo "Lego" (pero grandes, claro) que le trajeron los Reyes en casa de los abus. Hasta ahora los usaba sólo para morder, pero estos días que hemos estado en casa, ha aprendido a encajarlos y a desencajarlos. Al principio se ponía muy nervioso si lo conseguía, o si pasaba mucho rato y no podía. Pero ha sido una verdadera obsesión hasta que lo ha conseguido sin ayuda, y ahora le encanta, se pasa ratos larguísimos él sólo con las construcciones.
Es muy curioso ver cómo va evolucionando. Primero aprendió a desencajarlas, luego a encajar las de dos módulos, pero sólo un piso. Luego se dio cuenta de que podían hacer más pisos, y ahora está aprendiendo a mezclar otros tipos de piezas. Y todo esto sacando la lengua por un ladito todo concentrado. Para comérselo, qué gusto ver que se encuentra mejor.
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