La ropa de un bebé, por poco rato que la lleve, siempre acaba con manchas. En el caso de Mario, lo normal son las manchas de leche, por los reflujos y los vómitos. Aunque también están las babas ácidas que el pobre tiene algún día últimamente, y los escapes de caca o de pis que a veces tenemos....
Lo que mejor nos funciona a nosotros es frotar un poco la zona que se haya manchado con el detergente de lavar los platos (Mistol o Fairy, en nuestro caso) y un poco de agua fría antes de meter la ropa en la lavadora. Es mano de santo, porque si no lo hacemos, a veces la ropa sale de la lavadora tal y como entró, con la mancha e incluso en ocasiones con parte del olor, porque la verdad es que todos los olores típicos del bebé son muy intensos. En ellos, la mezcla es deliciosa, pero en la ropa, ya no huele tan bien, así que mejor frotar un poco y olvidarse.
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