Bueno, Mario lleva todo el día practicando papá y mamá, y un montón de sonidos más que hoy ha dicho por primera vez. Está tan emocionado que se ha pasado todo el día, sobre todo la tarde, soltando discursos sin parar. Ha parado para comer, y para escuchar, porque eso sí, es muy educado y ha comprendido en seguida que para tener una conversación te tienes que callar cuando el otro habla. Así que respeta los turnos de palabra escrupulosamente. Pero cuando le toca, no para.
Por si esto fuera poco, hoy ha conseguido por fin ponerse a cuatro patas, se viene abajo enseguida, pero ya se sostiene sobre sus brazos. Esto implica que la mayor parte del día ha estado hablando, y a gatas.
Os podéis imaginar, que con tanto descubrimiento, por la noche estaba agotado. Tanto, que no podía dormirse y en la cuna seguía hablando y empeñado en gatear. Hoy ha sido un drama, pobrecito, no ha conciliado el sueño hasta las 23 y encima ahora cuando llora, me llama, mamamamamamamma. No podía con la vida, menos mal que al final se ha dormido, a ver si descansa bien esta noche. Los días que aprende cosas importantes, es incapaz de desconectar para dormir (me temo que en eso sale a mi, no le puedo decir nada....), nos tenemos que acostumbrar porque no me quiero ni imaginar el día que se ponga de pie.......
Cuando nos pasa esto, es cuestión de paciencia, vamos a verle, le acariciamos para intentar sosegarle, le ponemos el chupete (aunque empeñado en hablar, hoy se le caía de la boca todo el rato), le hablamos un poco en voz bajita, le sacamos de la cuna y le mecemos un rato. Vamos, lo que normalmente no hacemos, en estas ocasiones, todo, con tal de que se olvide un poco de sus descubrimientos y pueda conciliar el sueño.