Con el cambo de dieta hemos tenido que comprar alguna cosa que antes no utilizábamos.
En cuanto a los alimentos, las papillas de frutas las preparamos nosotros, así que basta con comprar peras, manzanas, plátanos y naranjas de zumo. Ya probaremos alguna preparada cuando vayamos de viaje, de momento no nos ha hecho falta. Para los cereales sin gluten hemos optado por los de Blevit, teníamos varias muestras en casa y nos hemos decidido por los que nos olían y sabían mejor a nosotros. Además se disuelven bien en la leche, incluso si no está caliente, y son de los que tienen mayor concentración de cereal y menor de azúcar. Como a Mario le han gustado mucho, nos quedamos con estos.
Utensilios varios: pues usamos para la papilla un cuenquito de plástico de una vajilla de Disney que nos regalaron, una cuchara que compramos en la farmacia (con el cacito de un plástico que no es excesivamente duro y una forma que viene muy bien para la boquita de Mario) y baberos de plástico de los grandes (porque con la papilla se ponen perdidos si cae algo, se tienen que limpiar bien). Además, tenemos el vasito de dos asas y para los biberones de leche con cereales seguimos utilizando los del Dr Browns, sin la válvula anticólicos y con las tetinas en Y (que es lo único que hemos tenido que comprar). La verdad es que se sale un poco la leche por la rosca al no usar la válvula (y con la válvula los cereales no pasan), pero nos negamos a comprar biberones nuevos otra vez...
Y claro, hemos comprado una trona. Los primeros días que le dimos papilla para merendar, lo cogía su papi y yo le daba la papilla, pero una vez que se acostumbró, le pasamos a la trona para la merienda. Y además en alguna de nuestras comidas le ponemos también en ella, le gusta mucho más estar a nuestro nivel y verlo todo que estar en la hamaquita tan abajo.
Al final le compramos una en Prenatal, de PegPérego, la Prima Pappa Diner, y estamos contentos. Es muy sencillita, tiene tres posiciones de respaldo y cinco de altura, su arnés y su mesita de plástico para cuando coma él solito. Está bien de tamaño, el plástico del asiento tiene un estampado muy mono y es plegable. Se limpia bien y tiene ruedas. No queríamos ni de las espartanas de madera ni de las que parecen naves espaciales. Y otra vez lo importante, se le ve cómodo desde el primer día que le sentamos en ella, merienda estupendamente y le encanta cuando le sentamos para vernos comer, así que misión cumplida.
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