Durante el puente de Todos los Santos Mario lo pasó un poco mal con los dientes (otra vez). Como siempre, por el día como está entretenido lo lleva mejor, pero por la noche le cuesta dormirse y luego duerme muy inquieto. Le tuvimos que dar un par de noches Apiretal, que además le vino bien porque estaba con un poquito de fiebre.
Además empezó otra vez con mocos y tos, aunque esta vez no parecía laringitis, sino más bien un catarro. Y el martes le vimos tres o cuatro granitos rojos y puntiagudos, a los que no dimos mucha importancia y achacamos a los dientes o a algún roce, pero que el miércoles se convirtieron en ocho o diez y que el jueves por la mañana se habían multiplicado y me obligaron a llevarle a Urgencias. Porque además vomitó y tenía la tripilla muy suelta.
Diagnóstico de todo junto: varicela. Pobrecito, tan pequeño, ni siquiera nos ha dado tiempo a ponerle la vacuna. En el hospital se portó genial, divertido y todo con la situación (la verdad es que la pediatra era un sol).
Recomendaciones que nos han dado y que nos han venido muy bien:
- Apiretal para la fiebre, nada de ibuprofeno. La verdad es que hemos tenido suerte y no le ha subido demasiado.
- Atarax, un jarabe antihistamínico, para los picores. De nuevo hemos tenido suerte, al ser tan pequeño no parece que le pique excesivamente y además no sabe rascarse. Le hemos visto un poco inquieto y haciendo intentos por rascarse las orejas y el cuero cabelludo, pero el jarabe le ha venido muy bien.
- Lo normal para los vómitos (que no ha tenido más) y la diarrea/tripa suelta mientras le duren, lo pongo en otra entrada.
- Mucha higiene para evitar que las heridas se infecten. Dos o tres baños rápidos al día, secarle muy bien a golpecitos, ropa de algodón, nariz muy limpia de mocos, culete impecable, etc.
- Cristalmina en las costras que le vayan saliendo para protegerle también de las infecciones.
Y mucha paciencia. Mientras no le salgan todas las costras, es contagioso, menos mal que los dos hemos pasado la varicela y los abus también, así que podemos cuidar de él sin miedo. Hemos llamado a la guardería inmediatamente para que lo sepan, espero que no se la hayamos contagiado a otros niños (aunque alguno se la contagió a él, tampoco hay mucho que podamos hacer).
Los primeros días Mario ha estado más cansado de lo normal, la verdad es que tenía ganas de jugar pero se cansaba en seguida. Le hemos dejado dormir todo lo que ha querido y ha comido las cosas que más le apetecían. Muchos cuentos, canciones y arrumacos han hecho el resto.
Poco a poco se le están secando las ampollitas, aunque las de los pliegues del cuerpo, la zona del pañal y las zonas húmedas, todavía no están secas. Parece que hace falta bastante más tiempo para que le salgan las costras en estas. Pero está de mucho mejor humor, ya no está tan cansado y se hace más llevadero. Aunque tiene una "pinta" un poco fea, lo importante es que se nota que se encuentra bien.
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