Parece que Mario ha estado andando siempre, como llevaba tanto tiempo de pie y “practicando” agarrado de muebles y de un dedo, ahora resulta que sabe ir para delante, para detrás, ir deprisa, levantarse cuando se cae sin agarrarse a nada, subir y bajar escalones (con cuidadito). Nos tiene alucinados.
Y parece que él tampoco se lo cree, está encantado, todo el día para arriba y para abajo. Ya no quiere dormir siesta, no hay manera, sólo para en las comidas y cuando duerme por la noche. Que cae rendido, claro.
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