Mario ha sido un reloj desde pequeñito, con esto hemos tenido mucha suerte. Siempre hace una caca después de desayunar, y luego depende del día, suele hacer una o dos más. Pero estas vacaciones se nos ha estreñido por primera vez.
Desde que hemos visto que no hacía caca hemos empezado a modificar un poco su alimentación, aunque Mario ya toma normalmente mucha fruta y fibra en general, y bebe mucha agua porque le encanta. Y después de unos días, nada de nada. También hemos probado a dejarle sin pañal a ratos (cosa que no le gusta nada porque le desconcierta mucho), a darle masajitos, a intentar estimularle, pero nada.
Al final hemos tenido que ponerle un supositorio de glicerina. Ha sido toda una experiencia. Ya le habíamos puesto antes los de la tos, pero estos son un poco más grandes. El problema es que tienen que aguantar unos minutos dentro para que hagan efecto, y claro, el reflejo del gordito fue apretar en cuanto pudo.
La primera vez, un desastre, se lo hemos puesto en el cambiador, le hemos dejado tumbadito de lado apretándole el culete y hemos aguantado entreteniéndole 10 minutos. Cuando han pasado nos hemos dado cuenta de que “había encontrado un hueco” y que tenía el supositorio entre los cachetes del culo, probablemente casi desde el principio, por eso estaba tan tranquilo. Así que hemos tenido que ponerle otro y apretarle mejor el culete, al final le cogí yo en brazos porque se disgustó mucho. Pero cantando y haciéndole cositas, ha aguantado los 10 minutos. Casi se me duerme el pobre.
Le ha venido muy bien, ha hecho caca dos días seguidos y parece que le ha salido el tapón que tenía. De todas formas hemos pasado del zumo de naranja de la merienda a por las mañanas, se lo toma en ayunas antes del desayuno. Y estaremos pendientes estos días por si acaso se repite, aunque yo creo que han sido las babas, estos días tiene muchas otra vez y me temo que en vez de soltarle la tripa como otras veces, esta vez ha sido lo contrario.
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