Tenía que pasar: la noche antes de irnos a la playa por fin los tres juntos, Mario se la ha pasado vomitando. Parece que el calor horrible de estos días o algún bicho de la piscina han causado estragos. Y nos hemos tenido que quedar en casa sin pisar la playa ni siquiera un ratito.
Esta vez han sido sólo vómitos, de momento parece que no hay diarrea. Como empezó por la noche y estaba el pobre medio dormido, las dos primeras veces se ha puesto todo perdido (hemos tenido que pasar todos por la ducha por etapas), todavía huele todo por mucho que lo limpiemos (¿alguien tiene algún truco?). El resto de las veces, ya estábamos preparados y el pobre ya vomitaba de pie y en una palangana...
Casi no hemos podido dormir pero al día siguiente parece que no tiene fiebre muy alta y que por lo menos tolera los líquidos sin problemas (le hemos ofrecido algo de sólido pero no lo quiere ni ver, le dan arcadas sólo al enseñarle algo). Poco a poco, tenemos unos días de enfermería otra vez en casa, con lo bien que íbamos.
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