Estas tardes que ha hecho bastante malo y hemos podido disfrutar mucho menos del aire libre, hemos recuperado un antiguo entretenimiento: jugar con una linterna.
Las últimas veces que jugamos Mario era mucho más pequeño y simplemente le gustaba mirar la luz y cómo se movía por diferentes sitios. Pero ahora le gusta perseguirla, intentar cogerla, apuntar él a los sitios, jugar con las sombras, etc. La verdad es que se divierte mucho y pasamos muy buenos ratos con un montón de variedades de juegos diferentes. Como siempre, con las cosas más tontas.
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