Es curioso como al ir pasando el tiempo vas descubriendo el carácter de tu hijo y te vas sorprediendo al interactuar con él. Mario, por ejemplo, desde qye cumplió las 6 semanas, no deja de enseñarnos algo nuevo acerca de su forma de ser cada día.
Es un niño muy alegre, sonríe y hace gorgoritos constantemente, y tiene un buen despertar que ya lo quisiera yo. Cuando te asomas a la cuna por la mañana porque oyes que ya está despierto, te recibe siempre con una sonrisa de oreja a oreja (el condenado, así por pronto que sea y por pocas ganas que tengas de levantarte, te derrite). Y lo mismo pasa cuando se depierta de las siestas, es muy raro que lo haga llorando, suele ser todo lo contrario.
No es un niño muy dormilón ni muy comilón, las dos cosas en su justa medida, aunque depende del día. A veces te sorprende con una toma de gordito o con una noche de bello durmiente, aunque no es lo normal. Lo que le puede es la curiosidad y las ganas de verlo todo, oirlo todo, jugar y estar en todo "lío". Es muy gracioso cómo te provoca con la mirada y haciendo ruiditos cuando tiene ganas de reirse contigo, en cuanto lo consigue y le haces caso, se parte de risa con cualquier tontería que le hagas. Es un poco pesado, porque a veces llora de lo cansado que está, pero no quiere dormirse para no perderse nada.
Es un poco cabezota, está intentando aprender a darse la vuelta él solo y cada vez que está tumbado, lo intenta una y otra vez (aunque acabe de comer y eso suponga que con los esfuerzos vomite). No se cansa, ves que está agotado, pero lo sigue intentando. Lo mismo le pasa con sus manos, está a punto de controlarlas para poder coger cosas y se pasa ratos enormes super cocentrado (a veces se pone tan rojo que parece que está haciendo otras cosas, ejem) intentándolo.
Llora poco, normalmente sólo cuando le pasa algo, y no es un niño muy miedoso, aunque le dan miedo cosas que en principio no nos esperábamos (algunos ruidos muy concretos como mi tos seca o su abuelo cuando se pone las gafas de sol, son las últimas cosas que hemos descubierto). Le encanta que le cantemos, su juguete favorito son mis manos (si las muevo delante suya puede estar horas entretenido) y es muy mimoso.
La verdad es que hay gente que considera que los bebés son aburridos, pero desde que Mario nació no he tenido un momento de aburrimiento, no sólo por todo el trabajo que hay que hacer, sino porque no te cansas de mirarle y de descubrir cosas nuevas.
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