Nos han funcionado dos cosas: hacer triángulos de tela para el dudú más grandes (las teníamos cortadas de sábanas de cuna, y ahora las hemos cortado de sábanas de cama) para que a Mario le sea más difícil "escapar" y ponerle a dormir la siesta en nuestra cama en lugar de en su cuna.
Mario cada vez interactúa más con nosotros y con su entorno, y es muy difícil que se deje vencer por el sueño con la cuna en el salón, le puede la curiosidad y se entretiene mirando una cortina o un cuadro, escuchando cualquier ruido que hagamos, etc. Así que hemos probado a llevarle a nuestro dormitorio, donde duerme por las noches, pero para no confundirle y que siga diferenciando el día de la noche, bajamos un poco la persiana (pero no del todo) y le dejamos en el centro de nuestra cama rodeado de almohadas y cojines. Como se acaba aburriendo, se duerme.
Y así el resto del día nos va mucho mejor.
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