Susana nos invitó cuando Mario tenía 3 semanas a uno de sus talleres de masaje infantil y luego hemos repetido en alguna ocasión más (mil gracias, Su).
La experiencia es preciosa y además, muy divertida. A pesar de que la primera vez que fuimos a Mario todavía no le gustaba nada estar sin pañal, no protestó en todo el taller. El primer día, estuvo alucinado con tanto sobeteo y con tanto niño y papis alrededor. El resto de los días, ya puedo decir directamente que le ha encantado. Y a nosotros también claro. No le hemos escuchado ni una protesta en ningún momento, la verdad es que es un aventurero, y un solete.
Desde que aprendimos los masajes, se los damos siempre antes del baño. Le vienen muy bien para relajarse y también son una estimulación muy buena, le sirven para tomar conciencia de su propio cuerpo. Y además es otra excusa para estar un rato dedicados a él y haciéndole carantoñas. En cuanto al masaje I Love You nos ha salvado la vida con el tema de los gases y de los cólicos, ese se lo hemos dado muchos días antes de cada toma para evitar problemas.
Los masajes son sencillos, la única ciencia está en encontrar el grado de presión adecuado para el niño. Basta con un poco de crema hidratante, un ratito de tranquilidad, y mucho cariño. Os lo recomiendo, es una gozada para todos.
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