Hasta hace poco, yo creo que si le hubiéramos preguntado hubiera dicho que dos: por las mañanas cuando nos quedamos un rato los tres remoloneando y jugando en la cama, y por las tardes, el baño en la piscina y en casa.
Pero ahora tengo mis dudas, porque llevamos unos días, que después de su comida le ponemos en la hamaquita en la puerta de la cocina mientras hacemos nuestra comida y comemos.
No le acercamos más para que no le salte nada y por los olores, etc. Pero con esa distancia es suficiente, se vuelve loco. Se pasa todo el rato riendo, pegando brincos, pataleando y dando chilliditos de alegría, sin que le digamos nada. Es graciosísimo, le encanta el cacharrero, los ruidos, los colores. Y de hecho si algún día le hemos viso cansado y le hemos intentado acostar antes para la siesta, no ha habido manera, ha protestado y se ha quedado despierto hasta vernos terminar de comer. Que por cierto, le estamos viendo imitarnos con la boca y mientras comemos, hace como que mastica con unos movimientos muy raros. A ver si nos va a salir un cocinillas de mayor, porque no le habíamos visto disfrutar tanto él solo en ninguna otra situación.
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