Siempre nos hemos empeñado en que Mario durmiera sus siestas durante el día, una por la mañana más corta y otra por la tarde un poco más larga. Si no lo hace, al final del día está insoportable, no cena porque se queda dormido y luego pasamos mala noche. Y además se "pasa de rosca" y cuesta que se duerma por la noche. Pero a Mario siempre le ha costado dormir por el día, por la noche no nos quejamos, se porta muy bien, pero por el día le puede la curiosidad casi desde que nació.
Al principio resolvíamos la siesta de la mañana con el paseo y la de la tarde con el dudú. Pero Mario se ha hecho mayor y además llegó el calor, así que las rutinas cambiaron hace unas semanas. Ahora el gordito se echa tres siestas:
- Una por la mañana, justo antes de comer, más tarde que antes. Pasa toda la mañana despierto, jugando y viendo cosas, y antes de comer está agotado. Se duerme donde esté, en la hamaquita o en la manta de juegos, él solo. Y se despierta para comer, unos 20 minutos después, él solito también. Y de muy buen humor.
- Una después de comer, esta es obligada por nosotros y nos suele costar un buen rato de ponerle el chupete e insistir hasta que se duerme. Hay días que es de 40 minutos y otros que le tenemos que despertar nosotros después de casi 2 horas, es muy variable. Se suele despertar de buen humor, aunque algún día está un poco cascarrabias (si se ha despertado él porque tiene calor, o un gas, por ejemplo).
- Una justo antes de la cena, igual que la de antes de la comida. Después del baño le ponemos en su hamaquita y se queda muy relajado, antes de la cena se suele echar una cabezadita de unos 20 minutos, y también se duerme y se despierta él. Con esta cena mucho mejor, porque si no la duerme, no suele aguantar despierto para terminarse el biberón.
Obviamente, esto nos funciona ahora (desde hace unas tres semanas), lo que no quiere decir que siga funcionando dentro de unos días. Eso es un misterio.
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