Estos días hemos probado a encomendarle a Mario pequeñas tareas. Hemos empezado por pedirle, antes de salir de una habitación, que recoja todos los tesoros que mientras estábamos en ella ha sacado de sus cajones y demás. Y lo ha hecho encantado, además resulta que es ordenado y más o menos lo pone todo en su sitio.
Después hemos seguido con "llévale esto a papá" o "vamos a llevar tu camiseta a la lavadora". Y feliz como una perdiz.
Y lo último ha sido que me vaya pasando los cubiertos (uno a uno y con mucha celebración) desde el lavavajillas para que yo los recoja en su cajón. Me parece increíble poder decirle a mi niño que haga algo y que lo haga, parece una tontería, pero es un cambio taaaaaaaaan grande en tan poco tiempo.
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